Ya van 28 días de huelga de hambre y es cierto que esta es una forma de presión, en este caso a un gobierno que se está haciendo el sordo y que según informaciones de la coordinadora de los expresos políticos en Rancagua, está tratando de dividirlos, manipulando la situación y validando a organizaciones ajenas a ellos y a la justa demanda que están enarbolando. Una situación que no es nueva, el poder y sus intereses de defienden minimizando, dividiendo o eliminado a sus adversarios, y sobre todo, a los que ellos estiman peligrosos o a los que se atreven a levantar sus demandas mas allá de lo permitido, para el poder, el slogan preferido es “ no se negocia” porque es sinónimo de debilidad.
Llevando una comparación al extremo esta situación me recuerda a Bobby Sands, militante del Ejercito Republicano Irlandés, IRA, quien en Mayo de 1981 murió después de dos meses de huelga de hambre por las instrucciones de Margaret Thatcher de no negociar con los “terroristas”. Una situación lejana, es cierto, pero no ajena, fue protagonizada por la resistencia irlandesa ante la crueldad del despotismo inglés, quienes por varios siglos se mantuvieron en “Irlanda del Norte”, protagonizando uno de los episodios mas crueles de colonialismo en el mundo contemporáneo.
Es de esperar que la insensibilidad de este gobierno, en el cual participan tambien expresos políticos, no permita que para obtener una demanda justa, quienes lucharon por la democracia de este país o que son los sobrevivientes del terrorismo de estado en toda su expresión y crueldad, deban inmolarse como Bobby Sands. Repitiendo lo que algunos de ellos hicieron antes en las cárceles pinochetistas, arriesgar la vida para ganar el “status”, en ese entonces, de preso político y hoy, una jubilación de expreso político para vivir dignamente en la última etapa de sus vidas, ello seria una vergüenza.
La solución al problema planteado por los huelguistas de hambre, no pasa solo por mas o menos dinero, es el Estado chileno quien debe reconocer los derechos legítimos, de quienes fueron perseguidos, encarcelados y torturados, algunos de los cuales aun mantienen en sus expedientes y antecedentes, las sanciones impuestas, en dictadura, por luchar por al libertad y la democracia que hoy disfrutamos todos. Por eso cuando hablamos de derechos, es porque las víctimas de la violencia del terrorismo de Estado deben ser beneficiadas con la reparación plena, es decir, con el derecho a la verdad, a la justicia y a la no repetición, lo que incluye el derecho a que se les repare en forma individual e incorporando la memoria histórica.
Es ese reconocimiento por parte del Estado, el que permitirá que se les otorguen derechos sociales, las pensiones otorgadas por la Comisión Valech y la Comisión Retigg no pueden ser simbólicas, deben permitir vivir y resolver los problemas de salud y de la vida personal y familiar de los beneficiados, no hay razón que justifique que estas pensiones, en la actualidad, sean diferentes en su valor o que sean incompatibles con las pensiones de exoneración otorgadas por las leyes 19.234, 19.582 y 19.881 u otras. Cada una corresponde a una compensación por violaciones a derechos, a cada uno de los ex presos políticos les persiguieron y les expulsaron de sus lugares de trabajo, les torturaron y les privaron, por muchos años, del derecho a tener un trabajo digno, por eso es que exigen la reparación.
La huelga de hambre de los ex presos políticos es justa, porque exige tambien que la verdad de lo que sucedió en nuestro país se conozca, porque esta es la base fundamental de la memoria histórica, la que nos permite dimensionar el daño que durante años le infringieron, no solo a los ahora ex presos políticos, sino que a nuestro país. Una verdad ineludible que se ha ocultado o contado de manera parcial, olvidando que el conocimiento de lo sucedido, es vital para cualquier pueblo y que su desconocimiento, provoca tarde o temprano la repetición de estos desastres.
En Chile los liderazgos políticos post dictadura, no tuvieron el valor de cerrar y aclarar lo realmente sucedido, temerosos del riesgo de que las heridas latentes causadas resurgieran, estas fueron cubiertas con declaraciones y con leyes vacías de contenido real, por eso es hora de terminar con la desinformación, del cuarto poder omnipresente, de los que manejan y dan una versión propia de la historia.
La lucha que están dando los presos políticos remueve conciencias, nos señala que es hora de que se imponga sin miedos ni dobleces el homenaje a quienes sobrevivieron a la dictadura cívico militar. Pero tambien, a quienes valientemente organizaron la resistencia y lucharon en contra de la tiranía pinochetista, una acción noble que nos permitirá de verdad comprometernos con la recuperación de la memoria histórica.
“Los hombres y pueblos sin memoria, de nada sirven; ya que ellos no saben rendir culto a los hechos del pasado que tienen trascendencia y significación; por esto son incapaces de combatir y crear nada grande para el futuro”. (Salvador Allende).
Enrique Villanueva Molina
Ex dirigente Rodriguista
Vicepresidente
Centro de Estudios exonerados Fach 1973
CEEFA – 73
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