Mientras el movimiento social llena las calles, vemos a la política hablándose a sí misma, dispuesta mantener ojos y oídos cerrados con tal de dejar fuera de las decisiones a quienes se movilizan. En 25 años de lo que llaman democracia, hemos visto cómo las decisiones han sido secuestradas para responder a intereses de unos pocos bolsillos. Quienes levantamos banderas para construir un país distinto, hemos perdido compañeros producto de la represión y la violencia del gobierno y su fuerza policial. Hace dos semanas vimos caer a Diego y Exequiel producto de una sociedad que considera más importante la propiedad privada que la vida. Hoy, acompañamos a Rodrigo Avilés en su lucha por la vida. Todos ellos estaban marchando por la recuperación de nuestros derechos. No nos congelaremos ante el miedo que buscan instalar. Frente a su represión y exclusión, nos movilizamos sin miedo por la educación transformar la sociedad en que vivimos.