“Una obra de ciencia ficción, con dejos de pop, humor y melodrama”, así define el dramaturgo Benjamín Villalobos su trabajo Cuando explote la tercera bomba, montaje que debuta el 11 de junio en el Teatro Camilo Henríquez en una temporada que se extenderá hasta fin de mes.
“Creemos que estamos haciendo una obra bastante interesante, dinámica, entretenida, y distinta. Tratamos un tema poco desarrollado antes en teatro: las dimensiones paralelas, como una excusa para reflexionar sobre nosotros como humanidad”, agrega Villalobos.
La Compañía de Subsuelo lleva meses trabajando en esta propuesta, que se traduce en un montaje inspirado en teorías de física contemporánea que suponen la existencia de universos paralelos, con los que sería físicamente imposible comunicarse. Esto permite especular en torno al desarrollo paralelo de cada sujeto y de la humanidad como conjunto. Así se puede imaginar lo que podría ocurrir si estas dimensiones se cruzaran, queriendo generar el ejercicio político de preguntarse de qué otras formas podemos ser, desarrollarnos, educarnos, convivir, y empatizar con realidades radicalmente distintas a las nuestras.
“Confiamos en que lo que hemos estado trabajado va a resultar atractivo por la forma de tratar el tema”, afirma el dramaturgo.
La obra propone dos dimensiones iniciales: una donde la humanidad desarrolla habilidades mentales, como la telepatía y la precognición (ver el futuro), donde siguen existiendo conflictos de intereses económicos y amorosos; y otra, más parecida a ésta, en la que se desata una tercera guerra mundial de carácter ideológico entre la ciencia y las religiones, ya que un grupo de científicos desarrollaron tecnología cuántica que afirma haber descubierto el origen del universo y ninguna religión acepta esa herejía. Esta tecnología es utilizada para la explosión de la tercera bomba atómica. Sus efectos son desestabilizar el orden del universo, desatando el cruce de las dimensiones.
Al mezclarse estas dos realidades se cruzan las historias de amor y de guerra, las biografías, los acontecimientos, las palabras y las emociones de un grupo de seis personajes situados en un continuo de tiempo que se enreda hasta el infinito, hasta perderse en una gran fiesta de los mundos posibles.
Benjamin Villalobos es egresado de la Universidad Católica. Trabajó como asistente de dirección en La Sangre de los Árboles, de Luis Barrales, y Jardín de reos, del mismo Barrales y dirigida por Sebastián Jaña. Actuó en algunos montajes independientes y escribió y montó dos obras antes que ésta: Podría parecerse a vivir bajo el agua y Que se mueran los feos. Ha cursado talleres de dramaturgia y poesía, y el 2014 se publicó una antología de poesía joven en la que participó.
La compañía de Subsuelo se formó el año 2014 precisamente para realizar un proceso de laboratorio en el que se funda esta obra. Antes de concretar este proyecto, montaron la primera obra escrita y dirigida por su director Juan Diego Bonilla, Animales a la orilla (2014). Después, se abocaron a Cuando explote la tercera bomba.
Hoy día la compañía está formada por todo el equipo que congregado para esta obra: actores de distintas generaciones de la Escuela de la Católica y un actor de la Universidad de Chile, un diseñador y un músico, todos amigos de la Universidad.
Las funciones se realizarán entre el 11 y el 28 de junio a las 20 horas en el Teatro Camilo Henríquez y el valor de las entradas es de $ 5.000 ( entrada general) y $3.00
(estudiantes y tercera edad).
“Una obra de ciencia ficción, con dejos de pop, humor y melodrama”, así define el dramaturgo Benjamín Villalobos su trabajo Cuando explote la tercera bomba, montaje que debuta el 11 de junio en el Teatro Camilo Henríquez en una temporada que se extenderá hasta fin de mes.
“Creemos que estamos haciendo una obra bastante interesante, dinámica, entretenida, y distinta. Tratamos un tema poco desarrollado antes en teatro: las dimensiones paralelas, como una excusa para reflexionar sobre nosotros como humanidad”, agrega Villalobos.
La Compañía de Subsuelo lleva meses trabajando en esta propuesta, que se traduce en un montaje inspirado en teorías de física contemporánea que suponen la existencia de universos paralelos, con los que sería físicamente imposible comunicarse. Esto permite especular en torno al desarrollo paralelo de cada sujeto y de la humanidad como conjunto. Así se puede imaginar lo que podría ocurrir si estas dimensiones se cruzaran, queriendo generar el ejercicio político de preguntarse de qué otras formas podemos ser, desarrollarnos, educarnos, convivir, y empatizar con realidades radicalmente distintas a las nuestras.
“Confiamos en que lo que hemos estado trabajado va a resultar atractivo por la forma de tratar el tema”, afirma el dramaturgo.
La obra propone dos dimensiones iniciales: una donde la humanidad desarrolla habilidades mentales, como la telepatía y la precognición (ver el futuro), donde siguen existiendo conflictos de intereses económicos y amorosos; y otra, más parecida a ésta, en la que se desata una tercera guerra mundial de carácter ideológico entre la ciencia y las religiones, ya que un grupo de científicos desarrollaron tecnología cuántica que afirma haber descubierto el origen del universo y ninguna religión acepta esa herejía. Esta tecnología es utilizada para la explosión de la tercera bomba atómica. Sus efectos son desestabilizar el orden del universo, desatando el cruce de las dimensiones.
Al mezclarse estas dos realidades se cruzan las historias de amor y de guerra, las biografías, los acontecimientos, las palabras y las emociones de un grupo de seis personajes situados en un continuo de tiempo que se enreda hasta el infinito, hasta perderse en una gran fiesta de los mundos posibles.
Benjamin Villalobos es egresado de la Universidad Católica. Trabajó como asistente de dirección en La Sangre de los Árboles, de Luis Barrales, y Jardín de reos, del mismo Barrales y dirigida por Sebastián Jaña. Actuó en algunos montajes independientes y escribió y montó dos obras antes que ésta: Podría parecerse a vivir bajo el agua y Que se mueran los feos. Ha cursado talleres de dramaturgia y poesía, y el 2014 se publicó una antología de poesía joven en la que participó.
La compañía de Subsuelo se formó el año 2014 precisamente para realizar un proceso de laboratorio en el que se funda esta obra. Antes de concretar este proyecto, montaron la primera obra escrita y dirigida por su director Juan Diego Bonilla, Animales a la orilla (2014). Después, se abocaron a Cuando explote la tercera bomba.
Hoy día la compañía está formada por todo el equipo que congregado para esta obra: actores de distintas generaciones de la Escuela de la Católica y un actor de la Universidad de Chile, un diseñador y un músico, todos amigos de la Universidad.
Las funciones se realizarán entre el 11 y el 28 de junio a las 20 horas en el Teatro Camilo Henríquez y el valor de las entradas es de $ 5.000 ( entrada general) y $3.00
(estudiantes y tercera edad).
“Una obra de ciencia ficción, con dejos de pop, humor y melodrama”, así define el dramaturgo Benjamín Villalobos su trabajo Cuando explote la tercera bomba, montaje que debuta el 11 de junio en el Teatro Camilo Henríquez en una temporada que se extenderá hasta fin de mes.
“Creemos que estamos haciendo una obra bastante interesante, dinámica, entretenida, y distinta. Tratamos un tema poco desarrollado antes en teatro: las dimensiones paralelas, como una excusa para reflexionar sobre nosotros como humanidad”, agrega Villalobos.
La Compañía de Subsuelo lleva meses trabajando en esta propuesta, que se traduce en un montaje inspirado en teorías de física contemporánea que suponen la existencia de universos paralelos, con los que sería físicamente imposible comunicarse. Esto permite especular en torno al desarrollo paralelo de cada sujeto y de la humanidad como conjunto. Así se puede imaginar lo que podría ocurrir si estas dimensiones se cruzaran, queriendo generar el ejercicio político de preguntarse de qué otras formas podemos ser, desarrollarnos, educarnos, convivir, y empatizar con realidades radicalmente distintas a las nuestras.
“Confiamos en que lo que hemos estado trabajado va a resultar atractivo por la forma de tratar el tema”, afirma el dramaturgo.
La obra propone dos dimensiones iniciales: una donde la humanidad desarrolla habilidades mentales, como la telepatía y la precognición (ver el futuro), donde siguen existiendo conflictos de intereses económicos y amorosos; y otra, más parecida a ésta, en la que se desata una tercera guerra mundial de carácter ideológico entre la ciencia y las religiones, ya que un grupo de científicos desarrollaron tecnología cuántica que afirma haber descubierto el origen del universo y ninguna religión acepta esa herejía. Esta tecnología es utilizada para la explosión de la tercera bomba atómica. Sus efectos son desestabilizar el orden del universo, desatando el cruce de las dimensiones.
Al mezclarse estas dos realidades se cruzan las historias de amor y de guerra, las biografías, los acontecimientos, las palabras y las emociones de un grupo de seis personajes situados en un continuo de tiempo que se enreda hasta el infinito, hasta perderse en una gran fiesta de los mundos posibles.
Benjamin Villalobos es egresado de la Universidad Católica. Trabajó como asistente de dirección en La Sangre de los Árboles, de Luis Barrales, y Jardín de reos, del mismo Barrales y dirigida por Sebastián Jaña. Actuó en algunos montajes independientes y escribió y montó dos obras antes que ésta: Podría parecerse a vivir bajo el agua y Que se mueran los feos. Ha cursado talleres de dramaturgia y poesía, y el 2014 se publicó una antología de poesía joven en la que participó.
La compañía de Subsuelo se formó el año 2014 precisamente para realizar un proceso de laboratorio en el que se funda esta obra. Antes de concretar este proyecto, montaron la primera obra escrita y dirigida por su director Juan Diego Bonilla, Animales a la orilla (2014). Después, se abocaron a Cuando explote la tercera bomba.
Hoy día la compañía está formada por todo el equipo que congregado para esta obra: actores de distintas generaciones de la Escuela de la Católica y un actor de la Universidad de Chile, un diseñador y un músico, todos amigos de la Universidad.
Las funciones se realizarán entre el 11 y el 28 de junio a las 20 horas en el Teatro Camilo Henríquez y el valor de las entradas es de $ 5.000 ( entrada general) y $3.00
(estudiantes y tercera edad).
