Cuando irrumpió el libro digital varios editores y lectores se escandalizaron. Lo primero que se pensó es que el libro físico, sería desplazado por la lectura digital y que con ello, desaparecerían  espacios como librerías y bibliotecas.

Sin embargo, lo cierto es que el panorama respecto al libro se ha modificado, pero pese a ello, nada parece alterar el gusto por la lectura tradicional.

Para algunos parece irreemplazable, para otros en cambio, tiene que ver con un tema de adaptabilidad tecnológica y de complementación de los formatos de lectura.

En Chile el crecimiento de la lectura digital ha sido lento, en comparación con Argentina, Colombia o México.

“El libro digital en el 2014 equivalió al 13,1% de los libros editados en Chile. Es mayor al que había hace un tiempo atrás, pero menor que lo que parece ser el promedio latinoamericano que es de un 18%. O sea, es lento el crecimiento en Chile, de la producción y de la venta digital”, dijo Julio Sau, miembro del directorio de la Cámara Chilena del Libro.

Al respecto, Javier Sepúlveda, director de la editorial digital Ebooks Patagonia, comentó que el mercado del libro cambió drásticamente respecto a la aparición de los libros digitales, ya que permitió “democratizar la creación y la publicación”.

“O sea, cada mes aparecen nuevas editoriales. Es muchísimo más económico y lo que invertías en imprimir un libro lo puedes invertir en sacar más autores en digital”, explicó Sepúlveda.

En este sentido dijo que la digitalización de los libros es un proceso beneficiosos incluso para los autores quienes pueden “saltarse la editorial” y  autopublicarse.

Este fue el caso del escritor de Chillán, Mario Valdivia, quien publicó en Internet el libro Un crimen de barrio alto, novela que gracias a la acogida de los lectores digitales, fue editado por Planeta en su versión papel.

“No compiten tanto como se creía”

Editorial Forja, Lom, Cuarto Propio, y Mago Editores son algunas de las casas editoriales que han colocado parte de sus catálogos en el mercado digital. La editorial Ril, por ejemplo, tiene cerca del 50% de sus libros en Internet, en tanto, el Fondo de Cultura Económica recién comenzó su digitalización, explicó Sau.

En este sentido, según Sau, entre los dos formatos de libros, no ha existido una competencia como tal, ya que muchas veces, pese a que el lector compra la versión digital, termina adquiriendo la física. “No compiten tanto como se creía. Mas bien se complementan”, señaló.

Actualmente, Ebook Patagonia trabaja con 50 editoriales y tiene cerca de 1400 títulos en versión digital y de acuerdo a Sepúlveda, pese al crecimiento de la lectura digital y sus beneficios, uno de los espacios que no se ha perdido es la lectura de los libros físicos.

“El libro en papel no se va a reemplazar nunca”, concluyó Sepúlveda.

De acuerdo a esto Sau subrayó, “el crecimiento de libro digital ha sido lento”.

Las diferencias entre uno y otro tienen que ver primero con el costo de producción y el costo de la venta.

También está el tema el alcance que puede llegar a tener un libro, siendo la versión digital, la que a puede llegar a más lectores.

Pero estas no son aspectos nuevos. Recién en Chile se está instaurando el mercado digital y todo hace pensar que continuará expandiéndose.

Lo importante es destacar dos aspectos que parece preocupar tanto a los escritores como a los académicos; uno, el desarrollo de la comprensión lectora y  dos, la protección de los derechos de autor. Dos puntos fundamentales dentro del desarrollo lector que poco a poco comienzan a tomarse la discusión respecto al libro digital, pero que aún son temas pendientes en cuanto a sus resultados.