Hace pocos días, autoridades nacionales presentaron las obras de reparación de la Catedral Metropolitana. En el marco de este trabajo, destacaron que “las ciudades que no invierten en conservar su pasado, lamentablemente de alguna forma hipotecan su futuro”.
El propio ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, reconoció que “las ciudades tienen sus emblemas, y así como la Catedral de Notre Dame es un emblema de Paris o la Sagrada Familia lo es para Barcelona, la Catedral es un hito de Santiago”.
¿Cuáles son los avances y los desafíos de esta materia? David Cohen, graduado en Conservación y Restauración de Bienes Muebles en Colombia, y especializado con un Master en Patrimonio Cultural y Territorio, aseguró que “cada país tiene malas experiencias pero va aprendiendo de ellas” considerando situaciones de emergencia y/o catástrofes.
El académico de la Pontificia Universidad Javeriana (sede Bogotá), participó del V Congreso que convocó la Asociación Gremial de Conservadores Restauradores en nuestro país. En este contexto conversó con Radio Universidad de Chile.
¿Cuál es el alcance del concepto “Gestión de Riesgo”?
La gestión de riesgos es una norma que se utiliza en muchos sectores. Se utiliza en la industria de la salud, negocios y lo medioambiental. Se puede tener un estándar que implique un lenguaje común con los profesionales del patrimonio y eso es una gran ventaja. Como no es familiar para los profesionales que trabajan en arquitectura, arqueología, conservación y museología… sí es necesario difundir. Hay que comunicar y generar espacios académicos para que a la gente le quede más claro que es la gestión de riesgos y para qué sirve.
¿Cuál es el desarrollo de esta área en Colombia?
Se desarrolla en muchos ámbitos, Colombia tiene problemas de seguridad y que son nuestro riesgo principal. En cambio, Chile está desarrollado en el tema de terremotos porque le ha tocado una experiencia única en la región. Cada país tiene malas experiencias pero va aprendiendo de ellas. Chile es pionero en algunos puntos sobre gestión de riesgos en América Latina. De hecho, el último curso internacional para la región se hizo acá y eso les da una ventaja interesante.
¿Qué importancia tiene la preparación del personal no profesional en los museos ante escenarios de emergencia?
Las colecciones y el patrimonio son de todos. La conservación de ese patrimonio también debería involucrar a todas esas instancias. En Colombia, la mayoría de cursos de formación y capacitación han sido muy especializados para profesionales y desconocen la labor y conocimiento empírico que tienen las personas que trabajan en estas instituciones. La metodología de gestión de riesgos propone que haya una comunicación y una consulta. ¿Para qué? Para entender qué eventos han ocurrido en un museo o en una biblioteca, el personal tiene una memoria institucional muy valiosa como fuente de información. También para que la gente que trabaje en estas instituciones comprenda los riesgos y pueda manejarlos. No es una labor de especialistas sino de todos los que trabajan en patrimonio.
¿En Colombia cuentan con un Censo de Museos?
Sí. El ministerio de cultura de Colombia tiene una Red Nacional que se llama el “Programa de fortalecimiento de Museos” y éste tiene censados a todos los museos que sean públicos o privados porque en mi país muy pocos de ellos son del Estado. Ese censo se traduce en un mapa y organización de redes locales. ¿Qué ocurre? Hay muchos desniveles en cuánto a lo que se entiende por museos. En Colombia, hay casos donde un hombre tiene su colección en un garaje donde pone un letrero en la puerta y cobra entrada. Ahora hay un diagnóstico que busca generar estándares para detectar fallas y poder capacitarlos más allá que sean privados o públicos.
¿Por qué es necesario que los profesionales de la región se reúnan y compartan experiencias?
Compartimos contextos políticos, económicos y culturales. Aunque las experiencias de cada país son distintas, a veces importar experiencias europeas o de Estados Unidos donde ya hay muchos problemas solucionados y hay una idiosincrasia de trabajo muy distinta, no funciona. Hemos observado grandes fracasos a nivel mundial sobre proyectos internacionales que se manejan de este modo. Es un lujo para América Latina y para Chile que tengan este Congreso en su país. El 53 por ciento de las ponencias fueron extranjeras y de la región. Es importante que esto crezca y le den lugar a ese crecimiento.