Señor Director:

Su información esta mañana de que dos tenientes de ejército habían rociado con spray un reciente monolito de homenaje a víctimas de la dictadura de Pinochet en el norte es, aparentemente, una señal muy preocupante de la inestabilidad en que se encontraría nuestra democracia pues, pienso que esos tenientes no pudieron obrar por cuenta propia, sino mandatados por superiores jerárquicos para enviar un “mensaje”, no sólo al Gobierno y a las autoridades políticas y de todo orden, en general, sino al país en su conjunto, de que a los militares se les acabó la paciencia frente a las continuas condenas, judiciales y de opinión de la mayoría de los sectores ciudadanos, respecto de las atrocidades cometidas por la dictadura. La noticia sorprendente de que el Ejército mantiene en sus aposentos la foto del “Mamo” Contreras, así como la permanencia en esta institución, a contrata, de ex integrantes de la CNI (ver última edición Nº 249 de la revista El Periodista, página 5), donde se informa que el Comandante en Jefe del Ejército, en un tenso diálogo en la Cámara de Diputados, defendió tanto mantener dicha foto, como los contratos de esos ex integrantes, a pesar de ser interpelado para que así lo hiciera, por dos diputados y en sesión especial de la respectiva Cámara, es revelador al respecto y como postura de esa rama de la FF. AA.

Esta actitud de la máxima autoridad castrense, con prescindencia de la posición oficial de este Gobierno y todos los anteriores desde 1989, de condena de esas atrocidades y de sus autores, revela una postura que refleja fastidio frente a esas condenas que provienen de casi todos los sectores nacionales y, con ello, de autonomía de la institución que dirige, respecto de las autoridades de que depende constitucionalmente, como en todos los países democráticos. ¿Y esta autonomía no ha sido categóricamente impugnada y más todavía ordenado cambiar por el Gobierno, con la ausencia de pronunciamiento del Congreso, sede de la voluntad popular?

Qué otra cosa que un deterioro del Estado de derecho es lo que ocurre y frente a ello, toca a la ciudadanía, como la base legítima del poder, el sustento de donde debe emanar la superación de esta crisis.

La ausencia de noticias de reacción del Gobierno en todo este lunes, respecto a lo ocurrido con esos dos tenientes, se muestra como un abandono del principio de su autoridad, lo que es la mayor preocupación. Espero Director que continúe informándose e informando de lo ocurrido y, como sugerencia, que entreviste usted a una alta autoridad como podría ser el mismo ministro Jorge Burgos, para que se pronuncie, sin ambages, sobre esta delicada situación.