Por la naturaleza del Tratado Transpacífico, que el gobierno de Chile ha suscrito junto a otros países del Pacífico bajo la hegemonía de EE.UU. y de las grandes corporaciones transnacionales, nuestra opinión es rechazarlo por completo y no entrar en discusión por partes pues eso es engañoso y lo que busca es legitimar un Tratado que fue negociado en absoluto secretísimo con cláusulas de confidencialidad y con un supuesto cuarto de al lado conformado por lobistas y representantes de grandes empresas que se verán beneficiados por este Tratado. En desmedro de los trabajadores de nuestros países, de las PYMES y de lo poco que va quedando de industrias y producciones nacionales que se verán afectadas aún más por este nuevo Tratado.
Este Tratado busca desregular aún más el comercio y lo establecido en el marco de la OMC en beneficio de las Transnacionales y asegurar el control de derechos de propiedad y patentes de las grandes corporaciones, particularmente grave será esto en materia de medicamentos genéricos e insumos biológicos así como en el ámbito de la informática y de las nuevas tecnologías.
En el ámbito geopolítico beneficia a las economías de EE.UU. y a Japón en su expansión y acumulación en el Asia Pacífico en detrimento de la China Popular.
En el ámbito Latinoamericano el Tratado es una extensión de la lógica de los Tratados de Libre Comercio con todos sus impactos negativos para nuestras débiles soberanías económicas y los derechos de las y los trabajadores. Fortalece la estrategia de la Alianza Pacífico de las países con posturas más conservadoras y pro Imperiales como Chile, Colombia, Perú y México en desmedro y en alternativa a los procesos de integración económica y política de América Latina y el Caribe que se avanzan en el ALBA,CARICOM,MERCOSUR,UNASUR y la CELAC.
Esteban Silva
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