Durante su visita a los Estados Unidos, la Presidenta Michelle Bachelet anunció que en no más de tres semanas informaría al país los mecanismos para buscar un cambio de la Constitución Política que se mantiene con leves enmiendas desde la dictadura que encabezó Augusto Pinochet. Y ese plazo se cumple este fin de semana.

Una de las ideas que podría anunciar la mandataria es incluir un capítulo adicional a la actual carta fundamental que sume el mecanismo de la Asamblea Constituyente, aunque se mantendrían las que otorgan al Parlamento la potestad de hacer modificaciones al articulado.

Sin embargo, en el movimiento que impulsa la Asamblea Constituyente creen que mantener esa fórmula va en el camino incorrecto al ser el Parlamento uno de los principales focos de crítica de la ciudadanía a raíz de los casos de corrupción que involucran a varios de sus integrantes y los ingresos muy superiores a la media que recibe la gran mayoría de los trabajadores chilenos.

Álvaro Ramis, representante de Poder Social Constituyente, que es parte del movimiento “Marca AC”, sostiene que “no debe ser el Parlamento el que redacte la nueva Constitución”.

“E Parlamento debe hacer posible que la ciudadanía se exprese, esa es su tarea, lo reconocemos al Parlamento como el que debe crear condiciones jurídicas para que exista la Asamblea Constituyente. Pero la Asamblea Constituyente es otro órgano, otro espacio, también representativo, pero con una forma de constitución diferente, que exprese directamente a la ciudadanía”, indicó Ramis.

Respecto al anuncio que se espera se concrete durante esta semana por parte del Gobierno, Ramis indica que “lo vamos a analizar con calma una vez que esté el programa completo expuesto. En principio no está mal el que se pueda explorar la vía del capítulo 16” que se agregaría a la actual Constitución Política la Asamblea Constituyente. Pero al mismo tiempo subraya que rechazan la idea “de que la Asamblea Constituyente es algo que no está institucionalizado. Debiera ser viable institucionalmente por la vía de introducirlo en una Constitución que no la contempla. Pero es tarea del Gobierno buscar la manera de que esto tenga viabilidad jurídica”.

Todo esto porque desde varios sectores, especialmente desde la derecha y algunos medios de comunicación, se ha subrayado que la Asamblea Constituyente no está dentro del marco institucional establecido, lo que resulta casi lógico en una Constitución Política hecha en plena dictadura por personajes que buscaron impedir al máximo la participación popular en las decisiones más importantes del país.

Para Ramis el tema es si la redacción de la futura carta fundamental “es participativa o no es participativa. Ese es el debate, no si es institucional o no. Porque si no es institucional, no es viable, no tiene efectos legales. Nosotros queremos algo que cambie la ley. Entonces, en ese sentido, lo que queremos es que sea participativo. Y en lo participativo se juega el criterio fundamental para ver si la Asamblea Constituyente es real o una apariencia”, cuando se incluya como mecanismo en la Constitución actual para dar un paso que permita convocarla.

Por ahora queda esperar el anuncio oficial que podría ser en estos días, aunque aún se desconoce si será a través de una cadena nacional en la voz de la propia Presidenta Michelle Bachelet o en un acto en La Moneda donde se pueda dar el vamos al proceso constituyente postergado reiteradamente por el Gobierno enfrentado al dilema de cumplir con el compromiso de modificar la actual Constitución por una redactada “en democracia”.