Cosmovisión Marxista y  Psicoanálisis


Lunes 2 de noviembre 2015 10:20 hrs.


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Intentar conciliar marxismo y psicoanálisis, es caminar en campo minado y exponerse tanto a fuego enemigo como  “amigo”. Es lo que  le sucedió al médico psiquiatra Wilhelm Reich (24.3.1897-3.11.1957).

Wilhelm Reich vivió en un período de la historia particularmente intenso, interesante y lleno de desafíos y peligros, que va desde el triunfo de la revolución socialista y las vicisitudes de su afianzamiento en Rusia, pasando por el ascenso del nazismo en Alemania hasta el inicio de la Guerra Fría.

Todo lo cual determinó el quehacer teórico y práctico no sólo de Reich, sino también de sus adversarios. Esto queda especialmente graficado en la relación de Reich con Sigmund Freud, el creador del psicoanálisis.

Wilhelm Reich fue uno de los discípulos predilectos de Sigmund Freud. Sin embargo, debido a la creciente diferenciación en sus opiniones, se fueron distanciando. Este proceso culminó en una ruptura total. Reich formula una durísima crítica a su antiguo maestro en su libro “Revolución Sexual”. Escribe

Se encuentran, efectivamente, en las obras de Freud formulaciones que privan a los descubrimientos clínicos del psicoanálisis de su carácter y efecto revolucionario cultural y que demuestran la evidente contradicción entre el científico y el filósofo burgués que hay en Freud.

Acerca del Concepto de Cosmovisión

La relación entre marxismo y psicoanálisis tiene que ver, entre otros, con el tema acerca de la capacidad de uno u otro de ofrecer una cosmovisión (Weltanschauung) y con la preeminencia de uno respecto del otro, a partir de la cual poder articularlos para una cooperación fructífera en aras de una vida material y emocional óptima y equilibrada del ser humando, la que podría alcanzarse, como postulara Reich, en cierta etapa de su quehacer teórico, sólo en una sociedad socialista.

Tomamos de Freud su lección XXXV “En Torno a una Cosmovisión” (1933), para ver cómo la definía

Construcción intelectual que soluciona de manera unitaria todos los problemas de nuestra existencia a partir de una hipótesis suprema; [y que] dentro de ella, por tanto, ninguna cuestión permanece abierta y todo lo que recaba nuestro interés  halla su lugar preciso.

Las ventajas de tener una cosmovisión para el individuo, según Freud, radican en que:

Creyendo en ella uno puede sentirse más seguro en la vida, saber lo que debe procurar, cómo                 debe colocar sus afectos y sus intereses de manera más acorde al fin.

Freud advierte que si se acepta esta definición, entonces el psicoanálisis, como ciencia especial, como rama de la psicología –psicología de lo profundo o psicología de lo inconsciente-, es totalmente incapaz para formar una cosmovisión propia.

Por ello debería aceptar la de la ciencia. Pero ésta se aleja de su definición, porque aunque la cosmovisión científica acepta la unicidad de la explicación del mundo, lo hace sólo como un programa cuyo cumplimiento se difiere al futuro.

Freud contrapone a la cosmovisión científica, la religiosa, anárquica y  marxista.

Refiriéndose a esta última, siempre en su lección XXXV, sostiene que

La fuerza del marxismo no reside evidentemente en su concepción de la historia ni en la previsión del futuro basada en aquélla, sino en su penetrante demostración del influjo necesario que las relaciones económicas entre los hombres ejercen sobre sus posturas intelectuales, éticas y artísticas… Pero no puede admitirse que los motivos económicos sean los únicos que presiden la conducta de los hombres dentro de la sociedad”. Pues, “el hecho indudable  de que diversas personas, razas, pueblos, se comporten de manera diferente bajo idénticas condiciones económicas excluye el imperio exclusivo de los factores económicos. No se entiende cómo se podrían omitir factores psicológicos toda vez que se trata de las reacciones de seres humanos vivientes, pues éstos no sólo han participado en el establecimiento de tales relaciones económicas, sino que, aun bajo su imperio, los seres humanos no podrían hacer otra cosa que poner en juego sus originarias mociones pulsionales: su pulsión de autoconservación, su placer de agredir, su necesidad de amor, su esfuerzo hacia la ganancia de placer y la evitación de displacer… [Sin olvidar que] sobre las masas humanas, sometidas a la necesidad objetiva de lo económico, discurre también el proceso del desarrollo de la cultura –civilización, dicen otros-, influido ciertamente por todos los restantes factores, pero sin duda independiente de ellos en su origen, comparable a un proceso orgánico y muy capaz de influir a su vez sobre los demás determinantes.

Reich, por su parte, aborda estos temas en su “Materialismo Dialéctico y Psicoanálisis” (1929), en el que se propone

Investigar si entre el psicoanálisis de Freud y el materialismo dialéctico de Marx y Engels existe alguna relación, [puesto que] de la respuesta a esta cuestión, dependerá si hay alguna base para discutir la relación entre el psicoanálisis, la revolución proletaria y la lucha de clases.

Luego de definir el propósito de su trabajo, Reich afirma que

El psicoanálisis, según la creación de su propio creador, no es sino un método psicológico que trata de descubrir y explicar la vida psíquica, considerándola como un dominio específico de la naturaleza, con los medios que son propios a las ciencias naturales.

Y, advierte que

Tan pronto como se abandona el dominio propio del psicoanálisis para aplicarlo a los problemas sociales se le convierte en una Weltanschauung (visión del mundo); Weltanschauung psicológica (contrapuesta a la marxista) que proclama el imperio de la razón y pretende poder establecer una mejor vida social a través de una regulación racional de las relaciones humanas por medio de la educación para dominar conscientemente los instintos.

En otra parte de este trabajo, Reich da cuenta de la crisis en que se ven envueltos los psicoanalistas. Apunta

Esta crisis es una expresión de la contradicción que existe entre las concepciones revolucionarias de la teoría psicoanalítica sexual y la Weltanschauung burgués-religioso-ética de muchos psicoanalistas prominentes. El campo de la controversia teórica… lo constituyen, en el fondo, los problemas acerca del origen de la represión sexual, de la importancia que tiene la vida sexual genital para la salud mental, de la existencia de un instinto de autodestrucción de origen biológico, así como problemas técnico-terapéuticos.

Reich delimita los respectivos campos en que se desenvuelven el psicoanálisis y la ciencia social marxista y define de qué manera debiera generarse la  cooperación entre ambas:

Solamente cuando haya que investigar hechos sociales en la vida psíquica, o fenómenos psicológicos en la realidad social, dichas ciencias se sirven como ciencias auxiliaries recíprocamente. Pero, [por ejemplo], la ciencia social no puede explicar fenómenos tales como la neurosis o algún trastorno que afecte la capacidad de trabajo o la vida sexual.

Reich critica a ciertos marxistas – a quienes define “de mente estrecha”-, que confunden la Weltanschaaung y el método materialista-dialéctico con la teoría marxista. Reich señala que la Weltanschauung es mucho más amplia, más general y más constante que la teoría marxista que está sujeta a cambios como cualquiera teoría, y que el método materialista-dialéctico siempre es más importante que la teoría.

En otra parte de su “Materialismo Dialéctico y Psicoanálisis”, Reich refuerza su punto vista respecto de los  objetivos de largo aliento que el psicoanálisis debería lograr

[el psicoanálisis] implica una nueva apreciación de los valores -destruyendo, a través de su aplicación práctica en el individuo-, la religion y las ideologías burguesas, liberando la sexualidad. Y ésa es precisamente la función ideológica del marxismo: el [cual] destruye los antiguos valores a través de la revolución económica y de la concepción materialista del mundo. El psicoanálisis hace lo mismo, o podría hacer lo mismo,  psicológicamente.

Consecuentemente, Reich postula que el futuro significado social del psicoanálisis parece residir en tres dominios

En la investigación de la prehistoria como ciencia auxiliar dentro del marco del materialismo histórico.

En el campo de la higiene mental que sólo puede desarrollarse sobre la base de una economía socialista. Sobre la base de una sociedad económicamente ordenada también se puede realizar una economía de la libido en la economía psíquica… Sólo en estas condiciones la terapia individual de la neurosis encuentra un campo de acción adecuado.

En el campo de la educación como base psicológica de la educación socialista. En este campo el psicoanálisis sera indispensable, dado sus conocimientos del desarrollo psicológico del niño.

Sobre el papel del psicoanálisis en la investigación histórica y, en respuesta a una crítica de  Erich Fromm, Reich opina que debería consistir en mostrar

Cómo el momento material se transforma en la mente humana en momento ideal… [y que] sólo el psicoanálisis puede explicar los modos de comportamiento irracionales, tales como, por ejemplo, los comportamientos religiosos y místicos de toda clase, porque únicamente él es capaz de explorar las reacciones instintivas del inconsciente. Pero tal cometido no puede llevarlo a cabo, de una manera correcta, mientras no tome <<en consideración>> los factores económicos y se dé perfecta cuenta de que las estructuras inconscientes… han sido producidas ellas mismas por procesos históricos socio-económicos y que… la motivación de los mecanismos inconscientes no puede ser opuesta a la de los mecanismos económicos…

En la Introducción que aparece en “Revolución Sexual, se afirma sobre la obra de Wilhelm Reich que ella

Aporta al psicoanálisis contribuciones específicas como las teorías del orgasmo y la teoría del carácter. En Segundo lugar, esta obra constituye uno de los primeros intentos por establecer una síntesis entre psicoanálisis y marxismo… Y, finalmente, esta obra deriva hacia una vertiente biofísica: la del descubrimiento del orgón.

No parece ocioso señalar que en los tiempo que corren, hay autores que ocupan sus mejores empeños para demostrar que el marxismo o ha sido olvidado, o está caduco o que simplemente murió. Otros, en cambio, reafirman con vigor su vigencia.

Sobre el psicoanálisis y sus más conspicuos representantes, las tomas de posición de partidarios y detractores no son, en su mayoría, de medias tintas. La lista “negacionista” del psicoanálisis parece ser larga. Pero, igualmente, no es despreciable el bando de sus defensores.

En este artículo me he centrado en el tema de la cosmovisión (o una forma de ver el mundo), porque si se cuenta con una y si se está convencido que ella se asienta sobre bases sólidas ancladas en la ciencia y en la experiencia de muchos, representa un plus no despreciable. Es a partir de ese convencimiento en una cosmovisión así, que fue posible a Wilhelm Reich embarcarse en tareas, como las que se planteó, en un tramo dificilísimo de su vida.

(En conmemoración de la muerte de Wilhelm Reich, acaecida el 3 de noviembre de 1957)

 

 

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