Sr. Director:
Otra semana que se nos va, y seguimos en veremos, en eso de las reformas por mayor equidad e igualdad, para de una vez por todas salir, de los que nos dejó la dictadura empresario-militar. No hemos podido avanzar en la república como la entendemos, por lo menos en lo que la dejaron Alessandri, Frei Montalba, y S. Allende.
Porfiadamente queremos por lo menos reandar ese camino para llegar al punto en donde debe haber por lo menos tres desvíos, o nueva rutas a tomar.
Mientras tanto esta semana, en lo simbólico (por que en la realidad nada pasa; Citando al Gatopardo de Lampedusa…), ha sido rica en gestos y señales, que nos abren un tanto más el entendimiento. Lo cual es otra lucha en sí; Salir de la idiotez cívica militar a la cual nos tienen relegados.
Entendemos que designios símbolos como Karadima, la Iglesia, la derecha, la DC, y la NM con el PC son arquetipos de algo simple, en su complejidad. La de los símbolos que se dan en la gestión y el lenguaje en la política.
Es evidente, que la iglesia juega un papel más político que religioso; Primero las divisas, y después el credo.
En medio de todo esto, el abuso cometido por curas contra infantes y jóvenes, de ambos sexos, al resguardo posterior de sus superiores llegando la complicidad hasta la cima, al mismísimo Francisco I. Como si esto fuera poco, los políticos con su acción agazapada o su silencio, dan carta blanca a la impunidad.
El empresariado tampoco se queda atrás ya que hemos podido comprobar que ellos en gran medida son los gestores iniciales de todo este drama y su tragedia. Con Matte Ossa, y Ruiz Tagle coludiéndose con el duopolio, con la misma moral de Karadima y los curas pedófilos. Esta falta de moral se traspasa a la clase política, al gobierno e incluso al pueblo mismo. Por qué no vamos a tener la cínica ingenuidad de mantenernos al margen de toda esta podredumbre.
Y en medio de todo esto celebraremos la segura victoria, o la virtual derrota de la selección de futbol, eso sí que despotricando contra el abuso por el precio de usura de las entradas. Quizá el gesto de los jugadores que nos regalan entradas, también nos dice algo, es simbólico, ellos simpatizan con nosotros por este desenfreno contra la moral que nos afecta a todos. Nadie se salva. Todos navegamos en el mismo bote.
Rematando con la inmoralidad de la iglesia que se traspasa a la política y al pueblo mismo, la expresión política de todo esto es el PDC, el cual es el catalizador de todos estos componentes, sin alterar la falta de ética y moral en toda esta podrida amalgama, al contrario.
A decir verdad en política si alguien está en crisis en esta sociedad, son los sostenedores de la ética y la moral en la iglesia que adhieren al PDC y el Chile Vamos, y saben que ahí hay algo podrido, pero que no lo quieren tomar con las manos, esperan que eso se seque y deje de echar olor. Los cocineros cual aves de carroña se encuentran bien en esta pudrición cadavérica, sacando líneas para tirar uno de los suyos a presidente.
Los pueblos se dan los líderes que se merecen.
Esperemos que la próxima semana se nos presente mejor.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.