Made in China

  • 20-12-2015

Es información pura y fresca que, sin embargo, va tomando forma artística por esa inexplicable capacidad humana de expresar las emociones.

Los hechos son los siguientes:

  • China es el país más contaminado y contaminador del mundo
  • Cada día, mueren en China 4 mil 400 personas debido a la suciedad del aire
  • El año 2013 fue un hito: Pekín, la capital de China, vivió episodios de contaminación que superaron 50 veces el máximo que la Organización Mundial de la Salud, OMS, considera admisible.
  • En este mes de diciembre, en Pekín se han declarado dos veces la alerta roja debido a la contaminación ambiental
  • Según el Ministerio para la Protección Medioambiental de China el 60 por ciento de los ríos y los lagos están contaminados. También el 19 por ciento de las tierras cultivables.
  • China utiliza el 50 por ciento del carbón en el mundo y constituye su principal matriz energética y lo convierte en el país que más contamina en el planeta

¿Cómo vivir en una ciudad que ve morir a sus niños y habitantes más débiles como si fueran moscas a una razón de más de 4 mil por día, solo por el aire que respiran?

Una serie de artistas chinos han tomado las armas del lenguaje artístico para denunciar este penoso panorama. Algunos ejemplos son los siguientes:

  1. Wang Renzheng es un artista conceptual de 34 años y es conocido en las redes sociales chinas como el “Hermano Nueces”. Tomó la aspiradora de su casa, como si se hubiera decidido hacer el aseo, pero en lugar de aspirar el polvo de su departamento salió a la calle y tubo en mano, comenzó a aspirar el aire en el ambiente. Esta acción la desarrolló durante cien días y al cabo de este período recogió 100 gramos de polvo y, de paso, destruyó el filtro de la aspiradora. Con el carbón en suspensión recolectado formó un “ladrillo de contaminación” que exhibe como un emblema que remueva las conciencias de sus connacionales respecto del modelo económico que destruye el medioambiente y las vidas como una bestia negra. Justamente el día en que presentaba en sociedad su “ladrillo de contaminación” se producía otro grave episodio de contaminación en Pekín.
  2. Kong Ning era abogada, pero optó por el arte como forma de vida, sin embargo, el suyo es un arte comprometido con los más débiles. Impactada por los altísimos niveles de contaminación de hace dos años, hizo una serie de retratos en óleo de niñas con mascarillas a las que solo se les podía ver y escasamente los ojos. Luego, vinieron los vestidos de novia que hizo a partir de centenares de esas mascarillas protectoras de color blanco que unió para darles la forma de grandes ruedos nupciales. En otra serie, agregó a estos vaporosos vestidos unas bocinas naranjas para hacer más elocuente el llamado de alerta respecto de la contaminación.
  3. Liang Kekang, otro artista de la escena china actual, fue hasta la Provenza francesa, abrió un tarro para luego cerrarlo herméticamente y al que le adhirió tres etiquetas que especificaban el lugar exacto de origen del aire que encapsuló, su firma y fecha además de la principal que reza Aire en Provenza, Francia. Uno de los tarros fue vendido en 1000 dólares, aproximadamente, en una subasta reciente.

El ejercicio es el siguiente: ¿cuántos de los inocentes regalos que estaremos entregando en los próximos días provienen desde China? ¿Cuántos de esos objetos llenos de buenos deseos traen consigo la huella ecológica y de muerte que significa el Made in China?

El trabajo de estos artistas chinos no solo debieran remover las conciencias de quienes viven en China.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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