Es el 20 de Julio de 2011. Mientras el medio futbolístico chileno aún se encuentra sorprendido tras la derrota del seleccionado nacional contra su par venezolana en la Copa América, uno de los hombres más importantes de este deporte en Chile se embolsaba 5 millones de dólares en menos de 24 horas.
Fernando Felicevich, agente de futbolistas desde hace apenas 7 años, logró concretar las ventas de Alexis Sánchez al FC Barcelona por 56 millones de euros y la de Arturo Vidal a la Juventus por 12,5 millones de euros en solo un día. La primera y la quinta cifra más alta pagada por jugadores chilenos en toda la historia del fútbol nacional respectivamente. Entre toda esa danza de millones pagadas por los de Turín y Cataluña, el 7 por ciento fue directo a las arcas del representante.
El rugbista de San Nicolás de Arroyo
¿Cómo es que en tan poco tiempo logró este argentino llevar a cabo históricas transferencias del futbol chileno? Al contactarlo su respuesta es cordial, pero cortante. No le gusta dar declaraciones ni hablar sobre él.
Para entender a Felicevich es necesario mirar hacia la pequeña ciudad argentina de San Nicolás De Arroyo, que se encuentra a solo 240 kms. de Buenos Aires y 70 kms. de Rosario. Al estar tan cercano a estos verdaderos polos futbolísticos cualquiera de los “nicoleños” se habría visto tentado a hacer un pequeño viaje para ver jugar en vivo a los elencos de Boca Juniors, River Plate, Newell’s Old Boys o Rosario Central. Cualquiera menos Fernando Felicevich.
Fe-Fe, como le dicen sus cercanos, nació en 1970 en esta ciudad ubicada en el extremo norte de la Provincia de Buenos Aires. A diferencia de la gran mayoría de sus compatriotas no mostró nunca interés en el fútbol; su deporte era el rugby.
Tras estudiar publicidad realizó labores en un banco y posteriormente viajó a Chile en 2002 para trabajar en la centenaria empresa McCann Erickson, una de las agencias de publicidad más prestigiosas del mundo. Es en ese contexto es que vuelve a encontrarse con uno de sus antiguos amigos de San Nicolás de Arroyo, el por entonces futbolista de Universidad Católica, Pablo Lenci. Ayudado por su coterráneo, Fernando se logra mezclar cada vez más en el mundo del fútbol. Sus dos primeros amigos allí fueron Arturo Norambuena (actual DT, representado por Felicevich) y el entonces seleccionado chileno Patricio Ormazábal.
Con Lenci nuevamente como nexo, Felicevich conoce al hombre que cambiaría el rumbo de su vida profesional: Pablo Tallarico.
Por ese entonces el uruguayo Pablo Daniel Tallarico García era un representante de futbolistas. Pese a haber tenido cierto éxito, Tallarico tenía los papeles manchados en el ambiente debido a su participación en la falsificación de pasaportes, donde se vieron involucrados el chileno Pablo Contreras, el argentino Juan Sebastián Verón y el colombiano Faryd Mondragón, entre otros.
Al igual como sucede en Chile con los extranjeros, en algunas ligas de fútbol europeas tienen reglamentos que limitan la cantidad de jugadores que no provengan de la comunidad europea que pueden estar en cada equipo. Bajo este marco, cuando los jugadores poseen alguna nacionalidad del viejo continente se les facilita enormemente la llegada a las grandes ligas. Fue buscando este beneficio que Tallarico y otros representantes (entre ellos Daniel Bertoni, campeón del mundo con la selección argentina en 1978) realizaron la falsificación de documentos como pasaportes y licencias de conducir. Una vez que el caso salió a la luz, los principales afectados fueron los jugadores.
Es con este currículum ético que Fe-Fe conoce a Tallarico. La relación entre el argentino y el uruguayo fructiferó y de ahí nació la empresa Vibra Marketing Deportivo. Felicevich se encargaba de lo publicitario y Tallarico de los contactos.
La perla del norte
Alexis Alejandro Sánchez Sánchez nació cinco días antes de la Navidad de 1988 en la ciudad de Tocopilla. Los últimos años de dictadura y los primeros de democracia vieron crecer en esta pequeña ciudad del norte de Chile a quien se convertiría en uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol chileno. Hincha de Universidad de Chile y con Marcelo Salas como ídolo, el “niño maravilla” daba sus primeros remates en las inferiores de Cobreloa cuando con solo 16 años dio el salto al primer equipo.
En el camarín loíno, Alexis se encontró con jugadores de la talla de Nelson Tapia y Mauricio Aros. Dentro del plantel de los Zorros del Desierto también se encontraba disfrutando de sus últimos años como profesional el delantero Arturo Norambuena, quien se acercó a Sánchez y le comentó de la importancia de tener a alguien que lo ayudara con los negocios. ¿El nombre dado por Norambuena? El de su representante, un primerizo Fernando Felicevich.
La firma que comprometió el futuro de Alexis Sánchez con Felicevich fue la de la madre del delantero. Desde ese minuto Alexis y su representante entablaron una relación estrecha, donde incluso el argentino ayudaba económicamente en la casa del tocopillano.
Ya con un nuevo representante, el Udinese Calcio puso sus ojos en Sánchez. Este equipo de la Serie A italiana es propiedad de Giampaolo Pozzo, quien además es dueño del Granada español y del Watford inglés. La política de negocios de los equipos de Pozzo es la compra de muchos jugadores jóvenes a lo largo del mundo, para luego venderlos más caro y generar un beneficio. Jugadores chilenos como Fabián Orellana, Bryan Carrasco o Matías Campos fueron comprados por el Udinese cuando recién se hacían sus primeras armas en el fútbol chileno. Medhi Benathia, ahora en el Bayern Munich, y Samir Handanovic, actual arquero del Inter de Milan, en su minuto también fueron comprados por Udinese bajo este sistema.
Es bajo este marco que Alexis es traspasado siendo muy joven al cuadro “Bianconeri” en 2006. Buscando su adaptación en equipos más grandes, el Udinese lo prestó en primera instancia a Colo-Colo y luego a River Plate de Argentina desde donde con destacadas actuaciones dio el salto al fútbol europeo.
Pese a que Alexis fue presentado en Udinese dos años después de la venta por parte de Cobreloa, es ahí cuando se inicia una larga batalla legal que tenía por un lado a los dirigentes loínos y por el otro a Felicevich. Esto debido a que una vez revelado los montos de la venta de Sánchez a Udinese se demostró que mientras Cobreloa recibió solo 750 mil dólares, el manager se embolsó 1,4 millones de dólares por destrabar las negociaciones.
Gerardo Mella, Presidente de Cobreloa en ese entonces, realizó demandas tanto en tribunales chilenos como ante la FIFA contra Felicevich. No obstante, la demanda que más atención atrajo fue la que recibió Fe-Fe de parte de su propio mentor, Pablo Tallarico. El uruguayo señalaba que Felicevich no le habría pagado la mitad de los 1,4 millones de dólares de comisión, cosa que el argentino no realizó debido a que el contrato con Alexis Sánchez solo contemplaba su nombre. Esta última demanda finalizó el año 2010, obligando a Felicevich a pagar 1,5 millones de dólares a Tallarico por su parte de Vibra Marketing Deportivo S.A.
El rol de los representantes
Durante años los agentes de fútbol han cargado con mala fama. Si bien son muchos quienes son claves en el desarrollo de los jugadores alrededor del mundo, casos como la falsificación de pasaportes de Tallarico no son novedad en el mundo de los representantes.
Las opiniones en relación a este rubro en el medio futbolístico son divididas. Para el Presidente del Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup), Carlos Soto, los representantes son útiles para los futbolistas. “Nosotros creemos que los agentes de los futbolistas juegan un papel importante al preocuparse de aquellas situaciones que el futbolista no maneja de manera tan fluida. Sin ellos es probable que muchos futbolistas no hubieran realizado buenos contratos o no hubiesen aumentado sus ingresos”.
Cristian Arcos, periodista y académico de la Universidad de Chile publicó en 2015 el libro “Simplemente Gary”, la primera biografía de Gary Medel (quien también es representado de Felicevich). En su opinión los managers “tienen de todo, hay tipos que efectivamente les hacen ganar plata, hay tipos que conocen mucho al jugador. En general es muy difícil que un jugador haga un buen contrato si no tiene un representante, pero también hay algunos que les pueden cagar la carrera, entonces hay un poco de todo”.
Para Arcos, particularmente Felicevich es un tipo “tremendamente poderoso” porque los jugadores “hacen lo que él quiere”, ya que se lo consultan todo. Asimismo, cree que el argentino solo se mueve por el dinero, cosa que ejemplifica con cómo el representante intentó cobrar por entrevistas con Gary Medel en el marco de la realización de su libro.
En esa misma línea opina Danilo Díaz, premio nacional de periodismo deportivo en 2009. En 2011 Díaz publicó junto con el periodista Nicolás Olea el libro “Alexis: el camino de un crack”. Mientras realizaba la investigación para el libro fue que se dio cuenta de la manera de actuar de Felicevich. El agente de Sánchez se encargó de pedirle a las fuentes cercanas de Alexis que no hablaran. Incluso en conversación con Olea le señaló que no escribieran el libro, ya que, según él, Alexis era muy joven para una biografía.
El jugador número 12 de la roja
Pese a los éxitos deportivos alcanzados por la selección chilena durante los últimos años, las polémicas han perseguido al conjunto nacional. Y en muchas de ellas el nombre de Fernando Felicevich fue mencionado por periodistas como uno de los principales involucrados.
Un ejemplo de esto es el accidente automovilístico sufrido por Arturo Vidal mientras se encontraba jugando la Copa América este año. Uno que señala abiertamente la participación del representante en las posteriores excusas puestas por el volante es Danilo Díaz, quien declara que Felicevich “quiere estar en todo, quiere meterse en todo y le acepta todo a los jugadores. Él estaba tras el episodio del choque de Vidal y de todo el show que armaron. Lo bueno es que al final la mentira tiene patas cortas”.
Si bien no existen pruebas que demuestren la participación directa de Fernando Felicevich en el video publicado por Arturo Vidal momentos después del accidente, no fueron pocos quienes culparon al representante de querer mentirle a la gente. En un video de solo ocho segundos Vidal mira a la cámara mientras dice: “Hola, hoy tuve un accidente de tránsito, no fue culpa mía, yo estoy bien, mi familia está bien y gracias por todo”. Pese a que en un principio lo señalado por el volante fue tomado como cierto, horas después se demostró que la culpa del accidente era de Vidal al estar manejando a exceso de velocidad y en estado de ebriedad.
Tras la polémica del choque, medios de prensa chilenos mencionaron el enojo de Claudio Bravo, capitán de la selección, y de otros referentes del plantel como Gary Medel (segundo capitán) y Alexis Sánchez (máximo goleador activo de la selección) con Vidal por lo sucedido. No obstante, desde las cuentas de Twitter de estos tres seleccionados se dieron muestras de apoyo a Vidal. Pese a que es usual que los jugadores manejen sus cuentas de redes sociales, en este caso la prensa señaló a Felicevich como el encargado de las publicaciones, puesto que los cuatro jugadores mencionados son sus representados. El mismo Alexis Sánchez en conferencia de prensa se apresuró a señalar que “a mí nadie me dice lo que tengo que hacer”.
Otro tema donde se vio involucrado el argentino fue en las nóminas de la selección. Mientras el técnico Claudio Borghi, quien es representado por Felicevich, se encontraba a cargo de la selección chilena entre 2011 y 2012 fueron muchos los casos de jugadores que llegaron a la selección sin tanto mérito. Las convocatorias de por ejemplo Sebastián Toro, jugador del corral de Fe-Fe y con pésimo rendimiento durante 2011 llamaba la atención, mientras jugadores como Johnny Herrera, quien ganó el premio al mejor arquero de América en 2011, no apareció nunca en sus convocatorias.
Incluso, en un reportaje realizado por el periodista Rodrigo Fluxá para la Revista Sábado de El Mercurio, se señala que Herrera le habría dicho a sus cercanos que el simple hecho de firmar contrato con el “representante adecuado” lo habría llevado a la selección.
Los números de un imperio
Cada vez las cifras relacionadas con el negocio del fútbol son más gigantes. Ejemplo de esto son las ventas de jugadores, que cada vez que se abren los mercados de transferencias se rompen records en gastos. Un ejemplo de esto es como en 1984, Diego Armando Maradona, probablemente el mejor jugador de la historia, fue vendido por el equivalente a 13 millones de euros actuales al Napoli, lo mismo que durante este año pagó el Bayer Leverkusen por Charles Aránguiz.
Felicevich supo sacarle partido a este nuevo escenario financiero. Para el premio nacional de periodismo deportivo de 2001, Aldo Schiappacasse, el éxito de este manager se basa en que “estuvo parado en un momento oportuno, en el instante preciso. Además aprovechó una de las mejores generaciones de la historia del fútbol chileno y sacó provecho de eso”.
Al día de hoy, la empresa con que Felicevich maneja los futbolistas, Twenty Two Sport Management, maneja la carrera de 141 deportistas del mundo. Pese a que mayoritariamente son futbolistas profesionales, también maneja a siete entrenadores (entre ellos el actual DT campeón del fútbol chileno, José Luis Sierra), tres deportistas de otras disciplinas y 16 futbolistas juveniles. El manejar tal cantidad de deportistas lo ubicó en septiembre de este año como el sexto representante de futbolistas más importante del mundo para la Revista Forbes. En la lista, donde aparece como número 21 entre los agentes de todos los deportes, Felicevich figura con una ganancia de más de 22 millones de dólares solo durante este año.
Probablemente las polémicas en torno a la figura de Fernando Felicevich continúen. Debido a su influencia en los jugadores, y la obediencia con que ellos le responden, seguirá poniendo bajo la mirada de muchos a la figura del otrora rugbista de San Nicolás. Ese que dejó las pelotas ovaladas para adueñarse de la redonda en este lado de la cordillera.