La gran caída de Sampaoli


Miércoles 13 de enero 2016 10:16 hrs.


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La verdad sea dicha, lo peor de Jorge Luis Sampaoli fue manifestar: “Ya no quiero vivir más en Chile”.

Esta es una ofensa mayúscula.

¿Quién era el casildense de 55 años, antes de venir a Chile?

Triunfó con Emelec y punto. En nuestro país hizo una gran labor, respaldado por una directiva consecuente de la Universidad de Chile y hasta fecha reciente por la ANFP.

Tuvo una gran carrera a cargo de los universitarios. Tomó una selección con jugadores fogueados en la era de Marcelo Bielsa, de manera que la espina dorsal del equipo nacional le proporcionó éxitos como la Copa América.

Sin embargo, no debemos olvidar que tanto en esa misma copa, pese al titulo de Campeón continental, la oncena estuvo lejos de jugar a la altura de años anteriores. En las clasificatorias para Rusia 2018., el nivel del equipo ha sido preocupante. Ha habido actos de indisciplina a nivel de jugadores y de estafa a nivel de dirigencia.

Mostró como se dice vulgarmente la hilacha al viajar a Europa, a diferencia de los otros dos entrenadores de la terna, a la espera de recibir la distinción del Mejor Entrenador del Mundo. Apareció tercero y con un porcentaje de favorecimiento lejano a sus colegas.

Un sorbo de modestia le vendría bien.

Segundo tropiezo; decir sentirse rehén de Arturo Salah. Cuando Jorge Luis firmó el contrato con la cláusula de cancelar seis millones de dólares en caso de desembarcar de su misión antes de tiempo, jamás imaginó que fuese a ocurrir. Y lo firmó, de manera que todo fue legal y sería Sampaoli quien incurriría en la violación a la norma.

Tercero: feo dejar al equipo en medio de la etapa clasificatoria.

Lo peor: su frase condenatoria: No quiero vivir más en Chile

Si él se califica de ídolo, es gracias precisamente a Chile. No a Ecuador ni Argentina, su patria.

Si el pueblo le expresó todo su afecto, su simpatía y apoyo, fue el chileno. Nadie más.

De manera que esa frase, más que las otras torpes, pero perdonables, desmerecería su permanencia en la selección. Sin embargo, hay un proceso de por medio y si don Jorge Luis es responsable de sus actos y dichos, debería de continuar su tarea hasta el final. Total, faltan sólo dos años para el mundial y por edad, le queda un buen tercio de vida por delante, al menos.

Jamás imaginamos que el menudo entrenador iba a manifestarse en forma tan soberbia y ofensiva hacia quienes, aunque no fuésemos de la U, lo admiramos y aplaudimos.

Esta vez el pago de Chile fue a la inversa.

Adiós Jorge Luis, y perdónanos que esta tierra no sea de tu gusto a partir de este año. Antes no pensabas igual.

 

 

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