La Fiscalía Nacional Económica (FNE) concluyó que los supermercados Walmart (ex Líder), hasta hace poco tiempo de los hermanos Nicolás y Felipe Ibáñez, Cencosud, de Horst Paulmann y SMU, de Álvaro Saieh, se habían coludido para distorsionar las reglas del libre mercado.
A pesar de que Cencosud y SMU se limitaron a enviar unos escuetos comunicados de prensa en donde señalaban que eran inocentes de los cargos formulados por la entidad pública, el influyente y poderoso empresario supermercadista Nicolás Ibáñez montó en cólera y despotricó en contra de todos, incluyendo la prensa, y más aún en contra del gobierno, a quien lo criticó ásperamente diciéndole que los ministros no podían referirse a una situación que los tribunales no han resuelto.
Los hermano Ibáñez, a fines del 2013, vendieron sus acciones con un significativo sobreprecio al gigante norteamericano del retail Walmart, con lo cual recibieron la suma de US$ 1.500 millones. Por lo tanto, actualmente ellos ya no se desenvuelven en este tipo de lucrativos negocios, los que son sumamente más atractivos cuando los oferentes de mercancías se ponen de acuerdo con sus competidores para esquilmar a los atomizados consumidores.
Estos abusivos comportamientos comerciales existen en Chile porque las leyes son muy relajadas, razón más que suficiente para que los pocos actores que existen en los diferentes mercados los practiquen pues ellos saben que cuando sus pillerías son detectadas por el aparato público las penas son insignificantes y las cumplen felices de la vida en sus casas. Mal que mal ellos son los que financian las campañas políticas de aquellos que ejercen tanto el poder ejecutivo como el poder legislativo con “contraprestaciones” que se reflejan con este tipo de leyes.
La familia Ibáñez es oriunda de Valparaíso y con motivo de la irritación difundida por el ex dueño de las cadenas de supermercados Líder, compartimos con los lectores la reciente columna de opinión del conocido periodista deportivo Aldo Schiappacasse, en la cual da cuenta de una pavorosa conducta mercantil de Nicolás Ibáñez, dueño del antiguo club de fútbol Santiago Wanderers de esa ciudad puerto. Leyéndola en link http://www.elmercurio.com/blogs/2016/01/11/38476/De-espaldas-el-loro.aspx se podrá observar como este actor dominante del mercado, presumiendo de dirigente deportivo, todo lo ve en función de sus intereses financieros.
En Chile los que tienen el poder económico, como también los poderes políticos y religiosos, recordemos que Nicolás Ibáñez, aparte de ser un entusiasta pinochetista, es un devoto de Los Legionarios de Cristo, son particularmente arbitrarios y discrecionales en sus decisiones porque saben que aquí reina la impunidad más absoluta.
Aquellos que se hacen llamar líderes de opinión, por mucho tiempo han tenido el descaro de menospreciar a los países vecinos endilgándoles a ellos la lacra de la corrupción, señalando que nuestro país es una isla de honestidad en Latinoamérica, lo que, por lo menos quien suscribe, siempre en diversas publicaciones ha dejado de manifiesto que ello no es así : hemos sido igual que el resto, con la diferencia de que aquí nos auto engañamos, creyéndonos íntegros en nuestro quehaceres, contando para ello con la tolerancia de la prensa tradicional.
Los que efectivamente mandan, el 0,1 por ciento de la población, han tenido la habilidad de mentir desembozadamente para que la comunidad internacional creyera que somos los “ingleses” de esta parte del mundo y por muchos años, los organismos financieros, han pisado el palito. La casta dominante, con las debidas excepciones, continuamente ha burlado a una ciudadanía que en general ha sido poco avispada, la que, en el último tiempo, afortunadamente está tomando conciencia de sus derechos.
Ahora bien, otro ejemplo que retrata al sujeto : la Inmobiliaria del Puerto SpA de este conspicuo empresario intentó sacar ventajas indebidas con motivo de una decisión ilegal, tanto de la Dirección de Obras como de la División Jurídica de la Municipalidad de Valparaíso, con motivo de un negocio inmobiliario de 26 edificios en el barrio O’Higgins de esa ciudad.
Esa empresa de Ibáñez hizo ingeniosos malabares para sortear claras disposiciones legales en el ámbito de Vivienda y Urbanismo, pero la Contraloría General de la República, en 3 dictámenes seguidos durante más de un año, siendo el último el Nº 18638 del 19/10/15 emitido por su sede regional de Valparaíso, fue muy enérgica en declarar la improcedencia del negocio inmobiliario.
Y ya que estamos hablando de sus malicias comerciales, en el primer semestre del año 2012, Walmart comandada por Ibáñez, pretendió engañar a la Municipalidad de Pudahuel para construir el Supermercado Híper Líder Pudahuel, en un terreno no apto para ese tipo de equipamiento comercial. En efecto, en el Plan Regulador respectivo ese predio está definido con un uso de suelo “equipamiento deportivo áreas verdes y vialidad” y a pesar de ello la empresa Walmart Chile Inmobiliaria S.A. obtuvo unos permisos truchos por parte de una ignorante Dirección de Obras Municipales. Esta ilegalidad llegó a la Contraloría General de la República, la que hizo su pega fiscalizadora, declarando que se había violado el instrumento de planificación territorial local y sancionando a los arquitectos funcionarios quienes, omitiendo vital documentación, se prestaron para posibilitar el negociado.
Como vemos, Nicolás Ibáñez no es una santa y blanca paloma. El actúa, como lo hacen casi todos los grandes empresarios, con una astucia desbordada, claro que en algunas ocasiones sus temerarias iniciativas comerciales no producen los resultados que él buscaba.