No el fruto prohibido, sino el corrompido


Lunes 14 de marzo 2016 8:36 hrs.


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Señor Director:

Sería bueno para nuestra sociedad que nos demos cuenta que todo aquello que ocurre en nuestro país y que demuestra cómo la codicia hace perder la razón es tan solo el fruto de un árbol que no es “prohibido” si no “corrompido”, y cuyas raíces fueron plantadas hace siglos en lo que después termino siendo el imperio británico y su hijo que es Estados Unidos.

La historia que se nos ha ocultado desde siempre es que un linaje híbrido nos ha gobernado y esclavizado desde las primeras civilizaciones hasta nuestros días. Ese linaje ha estado compuesto por todos los grandes gobernantes y conquistadores de tierras que ha habido a lo largo de los siglos, incluyendo los gobernantes de las grandes religiones e iglesias.

La conspiración contra nuestra humanidad ha existido siempre y los asesinatos de los líderes opositores al linaje híbrido es la mejor evidencia. Todos los imperios y civilizaciones han estado bajo el gobierno de ese linaje híbrido, incluyendo a los faraones del antiguo Egipto, a los emperadores romanos, a los papas, a la monarquía de los imperios europeos y a los presidentes de los Estados Unidos, cuya excepción al parecer solo fueron Lincoln y Keneddy.

Pero no nos engañemos. El linaje híbrido y gobernante de nuestra humanidad también ha sido víctima de la nefasta enfermedad llamada codicia y poder. Todos los grandes y poderosos gobernantes que figuran a lo largo de nuestra historia han sido “utilizados” por seres de otros lugares ajenos a la tierra para desde siempre esclavizar nuestra humanidad. Esto incluye también a todos los dictadores que han gobernado a través de las armas.

Esos oscuros seres crearon los grandes imperios, incluyendo al imperio británico de nuestros días, el cual ha sido esclavizante en muchos países de nuestro mundo. A la vez, el imperio británico creó a los Estados Unidos y su imperio político, económico, militar y religioso, el cual mantiene esclavizada a esta humanidad con el actual sistema económico.

Todos los seres que han habitado el planeta Tierra desde siempre han sido víctimas de aquellos seres que nos crearon. Desde siempre nos han utilizado en puestos de poder para así influir en sus mentes, y a través de esas mentes influir en las masas de esclavos que somos esta humanidad. Aquí nos han metido a todos en el mismo saco.

Aquellos que aparentan poder a través del dinero y/o las armas y/o la religión no son más que humanos esclavos de su codicia y que han sido utilizados para dañar a los demás bajo un sistema que de beneficioso nada tiene para nadie, ya que aquí todos los que pisamos estamos envueltos en una atmósfera que, además de estar contaminada en todo sentido, está saturada de satélites que nos espían y controlan, además de algunos que transportan hasta misiles para destruirnos.

Es justo y necesario que sepamos estas verdades para que dejemos de tratarnos como adversarios y comencemos a vernos y tratarnos como hermanos que somos y así podamos finalmente unirnos en una sola y única conquista: recuperar esa libertad con la que originalmente fuimos creados y despojándonos de las cadenas con las que nacemos, podamos volver a vivir el paraíso en la tierra, ese paraíso perdido desde que los primeros “conquistadores” nos hicieron híbridos con la finalidad que todos conocemos, pero que también todos podemos exterminar, siempre y cuando dejemos de vernos como distintos y volvamos a ser como lo que somos: todos iguales. Todos hermanos, incluyendo a los que se creen poderosos.

Parece una utopía. Parece difícil. Parece casi imposible. Pero no lo es. Todos los imperios han caído por la corrupción y el actual al parecer es también víctima de ésta. ¿Cómo hacer que los poderosos tomen consciencia de esto? Eso sí que es difícil, pues la codicia ha oscurecido sus mentes y corazones. Sin embargo, cuando el fruto está podrido, cae por su propio peso. Y el fruto de este mundo lo está, por eso repito, no es el fruto prohibido, si no el corrompido.

Todos comemos de él, pero no todos nos tragamos el gusano que posee. El antídoto para ese gusano lo tenemos todos. Es comenzar a tomar consciencia que el dinero es un medio y no un fin. A fin de cuentas, el dinero no puede comprar todo. ¿No me lo cree? Le pondré un solo ejemplo: es triste ver que aquellos que se vanagloriaron de poder, no pudieron tener una despedida de este mundo como todos los seres humanos se lo merecen. Todo el dinero acumulado bajo su poder, no pudo gastarse una parte de él en un hermoso y digno funeral con flores y homenajes. Entonces, además del daño producido a sus semejantes se produjo un daño a sí mismo.

Es mi intención insistir en que a estos poderosos se les dio el poder para utilizarlo con la finalidad de imponer un sistema que solo ha traído una serie de energías oscuras que hoy rodean al planeta y a esta humanidad. Sin embargo, “todo exceso conduce finalmente a su opuesto”. El odio contiene la semilla del amor. Debemos tener fe y no esperanza en una sociedad más justa, pues los problemas obligan a la consciencia a evolucionar, pues el cambio de consciencia hará estallar las ataduras del aparente orden existente.

Atte

Miguel Ángel Baetty Navarrete

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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