Señor Director:

Los ciudadanos han sido escuchados y el proceso constituyente ya es una realidad en marcha. Lamentablemente, mientras muchos celebramos, hay otros que están sosteniendo una vergonzosa “campaña del terror”.

Con absoluta irresponsabilidad, están acusando al gobierno de “propagandista”, cuando en realidad, son ellos mismos los que incurren en esta y otras prácticas, dejándonos ver el lado más cruelmente burdo de la política: esa que carece de ideas (buenas),esa que se basa en una oposición sin razones de peso y esa que se encierra en el dogmatismo, generando “obstruccionismo”.

Peor aún y lo que me parece más ofensivo, es que dicha propaganda, deja ver a los ciudadanos como personas sino tontas, idiotas. Tontas, en el sentido de que serían incapaces de pensar por sí mismos, cayendo en un supuesto “adoctrinamiento de izquierda”. E idiotas, tal como lo concebían los hombres de la Grecia Clásica, es decir, personas que no tienen interés alguno en los asuntos o en el acontecer político.

Denuncio entonces esta violenta postura e insto a los ciudadanos para que se “hagan respetar” y que en ningún caso y por ningún motivo, permitan que cierto sector de la clase política de nuestro país, les tilde gratuitamente de ignorantes.

Invito además a los partidos de la oposición (obstrucción), que reflexionen seriamente sobre el lineamiento que han adoptado. Me dirijo muy especialmente a la UDI, que en su reciente afán de “renovarse” (cosa que ha manifestado públicamente) tiene el deber moral de hacer con urgencia una introspección institucional y que decida de una vez a quién representará en adelante: al conservadurismo ciego, sordo y mudo, o a esos ciudadanos que han pedido este proceso y a esa sociedad que, por si no lo notaron, cambió y seguirá cambiando.