Durante el funeral del ex Presidente Aylwin escuchamos a las élites hablar recurrentemente de las tradiciones republicanas de Chile y de la República. Incluso muchos parlamentarios de la Nueva Mayoría y de la derecha en conjunto a grandes empresarios instaron a los estudiantes a no efectuar su movilización programada previamente por tratarse de los funerales de un ex Presidente y lo invocaron con una lógica muy poco republicana la verdad, pues la lucha democrática, la participación y las distintas miradas son un factor constituyente de una República inclusiva y de una Patria para todas y todas, en donde sus habitantes somos iguales supuestamente, cosa que en el Chile actual no ocurre, producto de la actual Constitución neoliberal y el tipo de democracia representativa hoy completamente en crisis y que es incapaz de dar cuenta de las demandas de participación y de protagonismo que hoy día tiene nuestro pueblo y las nuevas generaciones.

El intento por perpetuar el modelo neoliberal de injusticia y segregación que vivimos en la actualidad en el país hace que las élites empresariales, políticas militares y religiosas actuales sean incapaces de darse cuenta que la actual institucionalidad basada en una restringida democracia representativa está en crisis pues se trata de una democracia absolutamente reducida y oligárquica, es decir que protege lo esencial a los poderosos, protege lo esencial la acumulación de excedentes y de propiedad en manos de unos pocos, protege lo esencial la actual institucionalidad y el orden injusto en que se basa esta supuesta economía moderna y estable de la cual tanto ellos alaban.

En concreto, vivimos hoy en una República parcial absolutamente oligarquizada basada en una democracia restringida y solamente representativa y por eso que es fundamental una refundación de nuestra República a la luz del Siglo XXI.

Se hace fundamental una refundación del Estado y de sus instituciones y de los mecanismos de participación democrática a través de una Asamblea Constituyente electa democráticamente, que sea capaz de redactar una nueva Constitución para Chile que sea el inicio de la reedificación de una verdadera República democrática y de un Estado plurinacional y pluricultural que dé cuenta del verdadero país actual del Chile popular y emergente que puja por hacerse oír y por cambiar las estructuras injustas y los modelos de dominación hegemónicos en la actualidad.

Es indispensable entonces replantearnos nuestra concepción republicana y refundar nuestra República en el Chile del Siglo XXI.