Chile a palos

  • 04-05-2016

Como dos viejos luchadores de sumo, cansados y arrugados, la antigua Concertación se enfrenta a una aletargada derecha. El espectáculo es triste y causa vergüenza ajena. Más bien parece el guión de una mala película de humor negro, en sepia, lenta y cuyo final es predecible. Aun así, nadie quiere perderse sus capítulos, algunos para ser testigos cuando uno de los dos caiga en el círculo que mezcla la arena y el arroz que una vez fue lanzado en señal de un matrimonio que antaño los unió, pero que ahora es parte del escenario de un combate de guerreros que hace tiempo perdieron la audacia y el valor.

Sus próceres, cuales cardenales, príncipes eclesiásticos, caen uno tras otro. Forman pilas humanas de sujetos enfundados en elegantes trajes de corte inglés y zapatos de 500 dólares adquiridos en Europa o en Nueva York. Durante años pontificaron verdades, bendijeron axiomas sobre el fin de los tiempos y la llegada de una buena nueva que se cernía sobre nuestras cabezas y cuyos cimientos los había construido ni más ni menos que una sangrienta dictadura. El sistema de pensiones, las normas laborales, el seguro privado de salud, todas eran fórmulas que se podían exportar y darían sustento a lo que en su minuto se denominó como “el milagro chileno”. Incluso países europeos importaron algunas recetas, pero al poco andar las desecharon al ver que no había equilibrio entre la ganancia y el estándar de vida de su gente.

Pero detrás de los muros naturales de la cordillera de los Andes, de la inmensidad del Océano Pacífico y del desierto de Atacama, la propaganda convencía a quienes despertaban a la vida democrá… en realidad, a la vida sin milicos en la calle, porque ¿se puede hablar de democracia en Chile?

El cambio en el sistema previsional argentino fue duramente criticado en Chile. Fui testigo cuando ante la pregunta de por qué no hacer una reforma similar en estas tierras, el entonces ministro de Hacienda, Andrés Velasco, sonrió con estilo socarrón y contestó que era imposible pensar algo así, que el sistema nuevo en Argentina se caería al poco tiempo. Antes de las preguntas de los periodistas, Velasco comentó a los asalariados de la prensa sobre las jornadas de trote matinal que había tenido en Central Park ese fin de semana.

Sin querer entrar en una comparación profunda entre los sistemas previsionales en Chile y Argentina, basta preguntar a quienes hoy reciben sus jubilaciones en este lado del cordón montañoso y mirar las multimillonarias riquezas que se llevan las administradoras que hoy están concentradas y son un verdadero monopolio, las mismas que realizaron fusiones truchas que fueron impugnadas por una contralora subrogante. La decisión de Patricia Arriagada finalmente le costó el puesto al que la obligaron a renunciar, lo que se concretará en los próximos meses, según ella misma informó hace algunas semanas.

Pontificaron desde púlpitos donde no fue necesario que les apuntaran con una pistola detrás de los telones del escenario que ocupaban. No fue preciso amenazarles para que adhirieran a un modelo que les acomodaba, que les era funcional a sus intereses. El socialismo se derrumbaba en el mundo y ahora lo que quedaba era ser pragmáticos, sumarse a la pléyade de los vencedores que impulsaban privatizaciones, el enriquecimiento de una casta, la enajenación del país.

Así fue como Soquimich se mantuvo en manos del yerno de Pinochet. Julio Ponce Lerou comenzó a colocar los huevos en todas las canastas y de esa forma compró voluntades y amigos. Como Enrique Correa, el gran barón de las asesorías en esta franja estrecha de volcanes y costas bañadas de vez en cuando por tsunamis y marejadas. Cuentan que hablar con don Enrique no es así no más, llegar y tener el maletín con billetes dispuesto para pagar por sus buenos oficios. No, no… El ex ministro de san Patricio Aylwin conoce primero la petición y luego cita a los involucrados. Ya el mero encuentro significa un desembolso para el interesado en que Correa lo bendiga con sus malas artes que el mundo político conoce como lobby. Los pescadores artesanales que no sucumbieron a las ofertas económicas de los industriales, nunca tuvieron y nunca van a tener acceso a ese lobby tan efectivo para hacer que los proyectos de ley avancen y que permiten a diputados convertirse en senadores y a otros conseguir súper poderes y vistosos departamentos y casas en los sectores más acomodados de Santiago. Tampoco tendrán acceso al lobby los estudiantes o los trabajadores de la construcción o los explotados de las ferias libres que se enfrentan a los monstruos de las cadenas de supermercados que sí tienen acceso a cabilderos que llevan y traen del Congreso.

De miles de millones se apropia Luksic a quien el diputado Gaspar Rivas trató de hijo de puta y que hoy enfrenta una querella por la afrenta al empresario. Ex altos funcionarios de Gobierno en el Ministerio de Educación hoy se comprometen a ser voceros de las universidades privadas que lucran; la presidenta del Consejo para la Transparencia se integra al directorio de la coludida empresa del Grupo Matte, la CMPC.

El mundo en Chile está al revés.

De vacaciones en la maravillosa isla de Chiloé, en la radio escucho la noticia que los trabajadores de la industria salmonera iniciarían una jornada de movilizaciones debido a la falta de respuestas de las autoridades locales por el despido de miles de personas ante una crisis que comenzaba a afectar a la zona. Era febrero de 2016. Los trabajadores habían dado una semana para que sus inquietudes fueran resueltas desde la SEREMI del Trabajo o de Economía o la intendencia… hasta entonces silencio. Era febrero, tiempo de vacaciones. En Puqueldón la carpa al centro de la feria costumbrista era la de Marine Harvest, una de las cuestionadas empresas salmoneras instaladas hace años en la región. Hoy Chiloé se desangra ante la desidia de quienes dicen nos gobiernan.

El olor a putrefacción cerca de los edificios de Gobierno se siente y comienza a invadir las calles aledañas. A quien reclama lo apalean y lo llenan de gases; a la señora que vende sopaipillas y desayuno en la mañana en Manuel Rodríguez con Alameda se la llevan detenida. De los más de 400 investigados en los casos Penta, SQM o Corpesca, sólo uno ha sido condenado, Jovino Novoa, eso sí a pena remitida (en libertad) y el pago de una multa… más arriesga el que se lleva una bicicleta ajena para su casa.

Un amigo me comentaba que la teoría es que el próximo Gobierno será uno que se podría denominar como “gasfíter”, es decir, que venga a reparar lo que se ha hecho mal en los últimos años. Pero ¿qué han hecho sino es más que seguir repartiendo el pedazo más grande de la torta para los que más tienen y los mendrugos para los demás? ¿Dónde está el desarrollo, el futuro, el plan de país para Chile?

Cientos de científicos y académicos con alta calificación en las mejores universidades del mundo llegan a Chile después de sus cursos de magíster o doctorados, pero no hay una política pública que los ayude en su inserción en el campo laboral. Pasan a ser cesantes ya no ilustrados, sino ilustradísimos.

Parece ser que la contradicción de esta época es “vivan como puedan o váyanse a la cresta”.

Ahí están los dos luchadores de sumo, agotados, casi agonizantes. Ninguno es capaz de tumbar al otro. Hace falta entonces el empujón y aprovechar que ambos toquen tierra, apurar el último respiro y refundar con nuevo aire el país.

¡Viva Chile!

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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