Organizaciones sociales del Bío-Bío marchan contra central termoeléctrica

Detener la instalación de una terminal de gas natural licuado y de una termoeléctrica que funciona con ese combustible es el objetivo de diversas organizaciones sociales de la región del Bío Bío que convocaron para este jueves a las 17 horas a una marcha por la defensa del agua y la tierra, en la plaza Perú de Concepción.

Detener la instalación de una terminal de gas natural licuado y de una termoeléctrica que funciona con ese combustible es el objetivo de diversas organizaciones sociales de la región del Bío Bío que convocaron para este jueves a las 17 horas a una marcha por la defensa del agua y la tierra, en la plaza Perú de Concepción.

Los opositores al proyecto energético de una futura central termoeléctrica en le región del Bío-Bío plantearon que esto dañará irreversiblemente la vida y la economía tradicional del sector y advirtieron que recurrirán a todas las instancias para detener la iniciativa.

La manifestación busca llamar la atención de las autoridades locales sobre el megaproyecto energético Octopus de la empresa Biobíogenera que será votado en la Comisión Evaluadora durante las primeras semanas de junio.

Esta comisión deberá valorar el impacto medioambiental de la construcción de la Central El Campesino en la comuna de Bulnes. Sin embargo, y debido a que la empresa dividió el proyecto en dos áreas, su aprobación implicará además la posterior instalación del Terminal gasífero en el litoral de Penco.

Andrés Parada, vocero del Comité Bulnes Sin Termoeléctricas, explicó que se trata de una zona donde hay dos poblados cercanos al sector en que se quiere instalar la Central. Allí viven alrededor de mil habitantes que trabajan en actividades agrícolas, las cuales se verían afectadas por el desgaste de suelos que implicará la construcción y el aumento de temperaturas producto de los termoventiladores, cuyo tamaño será similar al de un estadio.

“Para qué, si tenemos fuentes renovables las cuales podemos utilizar sin necesidad de depender de otro país. Por eso creemos que se trata de un proyecto inviable. Además vamos a elevar la temperatura cuando en Bulnes ya hay cuarenta grados promedio, los últimos cinco años hemos batido récord nacional. Esto genera que las abejas tengan menos posibilidades de polinización porque el calor las afecta demasiado, si no hay polinización no hay fecundación y no hay reproducción de nuestros cultivos. El día de mañana no vamos a tener qué comer. Es así de sencillo”, aseguró.

El dirigente destacó que si bien ha habido un fuerte rechazo a la iniciativa por parte de autoridades locales elegidas democráticamente como los alcaldes, consejeros regionales y concejales de las comunas que se verían afectadas, el llamado es a las autoridades mandatadas por el poder central, entre ellos los Seremis e intendentes, quienes votarán en esta evaluación.

El terminal gasífero está relacionado con un acuerdo que firmó la Presidenta Michelle Bachelet en 2013, donde pactó con el gobierno de Estados Unidos traer gas natural licuado(GNL) desde California. Juan Vargas, vocero de la coordinadora de trabajadores choreros de Talcahuano, apuntó a las responsabilidades políticas en este proyecto que a su juicio “no responden en absoluto a una necesidad local de energía”.

“A partir de ahí se empiezan a instalar estos proyectos energéticos de GNL. No hay una demanda energética de la población local. Por algo hoy día Chile exporta energía directamente a Argentina. En nuestra región, una de las más sacrificadas medioambientalmente, solo un tercio de la energía que se produce es la que se consume, el resto va a satisfacer la demanda energética de otras regiones. Entonces esta zona donde se busca que sea una potencia energética está siendo un territorio devastado y en deterioro natural”, explicó Vargas.

El riesgo es que con esto se deja la puerta abierta a nuevos proyectos energéticos vinculados a termoeléctricas en la región. Un antecedente de esto es que la empresa no bajó las líneas de conducción de la energía, lo que permitiría una segunda central que según los dirigentes sería mecanizada ahora por agua, porque la empresa ya solicitó la inscripción de dos pozos de la zona.

Para quienes convocan a esta marcha es evidente que esto afectará la calidad de vida de los habitantes de la zona. No sólo porque los privará de su fuente de trabajo, sino además porque se pavimentarán caminos que hoy son de ripio y en consecuencia, aumentará el tránsito. A eso se suma el impacto en la salud de las personas que podría causar el electromagnetismo que emane de las torres de alta tensión.

Entre los actores sociales que se sumarán a esta movilización, están los estudiantes secundarios y universitarios. El vocero de la Confech y presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, Mauricio Rivas, explicó que con esta protesta buscan “dar cuenta de la capacidad de los ciudadanos de decidir sobre los proyectos que se instalen en sus espacios”.

“Como estudiantes nuestro rol debe ser poner el desarrollo del conocimiento al servicio de la sociedad y no al servicio de estas empresas. Hoy en día vemos cómo la mayor parte de la investigación que se desarrolla en las facultades de ciencias forestales y ambientales, son a favor de estas industrias, pero para nosotros es preocupante que se estén generando estos perjuicios a las personas. Este proyecto nos va a convertir en la pila de Chile, porque se trata nada menos que del proyecto termoeléctrico más grande que se va a instalar en el país”, aseguró.

Recordemos que los habitantes de la zona son testigos directos del impacto que han provocado las tres termoeléctricas instaladas en la comuna de Coronel, donde ya se han comprobado, entre otras consecuencias, problemas respiratorios entre los niños que viven cerca de estas centrales.

Los dirigentes esperan que la marcha de este jueves, que será a las 17.00 horas en la plaza Perú de Concepción, sea multitudinaria y de esta forma crear conciencia en las autoridades locales para  que rechacen el proyecto.

En caso que la iniciativa se apruebe en la comisión evaluadora, cuya votación está prevista para las primeras semanas de junio, los dirigentes ya anunciaron que recurrirán al Consejo de Ministros, al Tribunal Medioambiental en Valdivia, a los Tribunales Ordinarios e incluso a la Corte Suprema, para impedir la construcción de esta central termoeléctrica que amenaza el bienestar de los habitantes de la zona.





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