Contexto:

Seres humanos somos imperfectos y vulnerables

Chile es (aún) un país isla

La nación chilena está mal educada

Me pregunto (e intentaré responderme):

¿Cómo los chilenos, caímos tan profundo en nuestra valoración de la ética y en nuestros niveles de autonomía moral?

Creo que haber vivido una dictadura cruel, que, entre otras cosas, legitimó el crimen de estado, la desaparición de personas opositoras políticas (reales o supuestas), la tortura sistemática, el robo de bienes de los detenidos desaparecidos, la apropiación indebida de empresas públicas para el enriquecimiento de los gobernantes civiles y uniformados (fuerzas armadas y de orden), marca un punto de quiebre ético en la historia de Chile.

Término de la dictadura:

Pienso que dictadura cívico militar que vivimos, tiene un proceso de término que es complejo, gradual y secuencial. Me atrevo a identificar tres hitos en este proceso:

• El 11 de marzo de 1990 termina formalmente la dictadura, con la asunción del Presidente Patricio Aylwin y la entrada en funciones del Congreso Nacional
• Vigencia de una nueva Constitución, que los chilenos la sintamos como “nuestra” (de todos). Confío que falten dos a tres años, para conquistar este hito.
• Término de la cultura ética de la dictadura. Sueño que nos demoremos 2 generaciones desde 1990 (Es decir, hacia 2040).

Si mi visión es correcta, aunque sea parcialmente, se entiende que el establishment, se oponga a que tengamos una Constitución de todos y a que tengamos una nueva educación, inclusiva, democrática y de calidad.

Sin embargo, el mayor desafío para volver a una cultura ética digna de nosotros, es que debemos construirla entre todos nosotros, que de una u otra forma estamos poseídos por la cultura ética a superar. Lo anterior es especialmente válido para nuestras autoridades, de todo orden. Más aún, cuando las antiguas “defensas morales de la nación” están absolutamente poseídas por esta ética de la dictadura.

Difícil camino, pero no imposible. Para alcanzar el éxito serán palabras claves: transparencia, participación real e inclusiva, liderazgos positivos, que sin duda aparecerán, si lo permitimos.