Señor Director:
El metro de Santiago no es un santo de mi devoción, sin embargo hidalgamente debo felicitarlo públicamente por lo siguiente:
El día 8 de junio, a eso de las 13 horas, me acerqué a la Estación Metro Cal y Canto a cargar la tarjeta Bip. Siempre lo hago.
Pagué con $ 10.000, el cajero me dio el vuelto, los billetes cuidadosamente envueltos en la boleta electrónica $ 7.000 y $ 1.000 en monedas. Conté las monedas y seguí mi camino. Me llamó la atención que se alegró tanto el cajero, algo que nunca visto, generalmente son personas indiferentes.
Muy cerca, en calle San Antonio compré algo y pagué con el billete de $ 5.000 que me dieron en el Metro Calicanto, caja 1 por Puente y resultó que era más falso que Judas.
Volví raudamente a La Estación del Metro Calicanto. Consulté en Servicio al Cliente y me mandaron a la oficina del Jefe Estación, un funcionario de cierta edad, atento y muy poco amable. Le expliqué mi asunto. Hizo una defensa corporativa tal como cuando alguien va a la Comisaría a denunciar a un carabinero.
Cuento corto, aquí todas las personas son honorables y cómo el cajero no se iba a dar cuenta que el billete era falso. No señor. Nosotros siempre estamos viendo aquí reclamos infundados como el suyo.
Cómo soy viejo, rayando los 80, fui a tratar de apechugar con el cajero, pero este ya no estaba. Hice la del tonto. Me instalé afuera de la puerta y lo esperé hasta que salió el personaje estrella del metro.
Fue muy atento a saludarme. Nunca lo había visto antes. Me dijo: Ya hablé con el Jefe y su asunto está arreglado. ¿A quién le pido mi dinero? Le pregunté. Me dijo “olvídese” haga lo mismo déselo a otro, fíjese que no le puse el timbre de “Falso”, porque Ud. no se lo podría dar a otro. Me hizo la señal de cierre el hoci.. y se fue.
Volví donde el Jefe de Estación del Metro Calicanto le conté lo sucedido y le dije: parece que es verdad lo que se dice que estamos en un país de pillos. No se alegró. Se puso rojo, verde y morado y con eso me di por pagado
Creo que una vez más metí la pata, eché a perder un buen emprendimiento. Lo lamento, pero me dolieron las 5 lucas, porque soy pensionado.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.