En 1986 el dramaturgo y director Rolando “Negro” Vargas, escribió y montó una obra de teatro llamada “Pinochet”. Si bien se realizaron los ensayos correspondientes, la obra nunca llegó a estrenarse por el contenido abiertamente político y contestatario que representaba.
La obra se perdió en medio de la represión de los últimos años de la dictadura y el “Negro” Vargas pasó a engrosar la lista de dramaturgos latinoamericanos oprimidos. Y también, la lista de leyendas del teatro chileno.
Casi 30 años después, una de las actrices que participó de ese fallido intento se entrevistó de manera anónima con el director Sebastián Squella. En la reunión le dio pistas claves sobre el contenido de la obra y su destino.
“El proceso de reconstrucción parte por una anécdota de una actriz de la obra original. Esta señora me contó la historia de esa obra que estuvo ensayando y que nunca pudieron estrenar. Es un relato muy corto, la transcripción debe tener una carilla. Nosotros desmenuzamos este relato y trabajamos a partir de tesis”, relata Squella.
Estas tesis fueron reunidas y reestructuradas en un proceso de más de un año, que culminó con el estreno de la obra “Pinochet, la obra censurada en dictadura” de la Compañía de Teatro Perro Muerto.
La obra instala a cuatro personajes influyentes de la dictadura: Manuel Contreras, Lucía Hiriart, Jaime Guzmán y Raúl Hasbún.
Así, los rostros emblemáticos de la dictadura, piensan el futuro de la patria: ¿Cómo será la transición para ellos? ¿Qué deben hacer? ¿Cuáles son los pasos a seguir? Son las preguntas que se hacen y que sitúan a la obra en el plano del cuestionamiento hacia el poder y los sueños de una clase dominante que se imagina su lugar en el futuro de Chile.
“Esta obra es muy interesante porque más allá del proceso de reconstrucción o de la dictadura, que es el tema, habla del Chile de hoy, de cómo se dio esta transición negociada, de cómo las cuotas de poder se traspasan a través de una misma clase sin importar los ideales políticos. Afirma que es por un interés de clase que el poder se ha mantenido”, señala el director de la obra a propósito de las causas que motivaron a la compañía a realizar un montaje de estas características.
“Nosotros como compañía tenemos en común un discurso social, un compromiso con ciertos temas que nos mueven y eso se ve reflejado en nuestro trabajo tanto en la temática de la obra, como en la manera en que trabajamos. Relacionarnos colectivamente, horizontalmente, romper con ciertas dinámicas de jerarquía a las que estamos acostumbrados. Esa es nuestra mayor motivación. Nosotros nunca pensamos ´hagamos teatro político´, era algo que para nosotros venía casi incluído en esto de hacer teatro, no se nos ocurre hacer teatro alejados de los problemas que tenemos día a día”, declaró Sebastián Squella quien el 2 de septiembre ganó el premio Eugenio Guzmán, máxima distinción del Festival de Directores Emergentes.
“Pinochet, la obra censurada en dictadura” es el primer montaje de Teatro Perro Muerto, que desde su primera temporada ha dado que hablar. Con 36 funciones hasta la fecha, la Compañía ha repletado las salas, dentro y fuera del circuito teatral, lo que ha permitido que cerca de 10 mil personas hayan visto el trabajo.
La obra se presentará de jueves a sábado, desde el 15 de Septiembre al 1 de octubre, en el Teatro Sidarte ubicado en Ernesto Pinto Lagarrigue 131, Barrio Bellavista.