Sr. Director
Este resultado electoral de EEUU, es la causa provocada por un efecto. Y éste es la globalización de la política y la economía remanente del modelo económico neoliberal. El resultado es una ruptura, como consecuencia, no de la clase política, sino de la ciudadanía por la ultraderecha, lo cual tiene perplejos a la izquierda de todo el mundo.
Este efecto sorprendió en la cama a todos todos los partidarios del establishment, y a la propia candidata.
Ni hablar de los medios portadores del mensaje neoliberal en nuestro país como El Mercurio, y todos sus órganos menores; y también El Mostrador, que es especializado en este tema. Las bondades del modelo.
Empieza a ocurrir a escala global, lo que Alberto Mayol predijo entre 2010 y 2012. El modelo no caerá en Chile mientras no se desmorone en el resto del mundo, en el de los que lo crearon. Esto puede demorar otros 30 años más, pues aun no hay alternativa a lo que muchos consideran un despropósito, salvo de que se pudiera volver al estado de bienestar.
No nos olvidemos que una de las causas del golpe cívico-militar, fue la imposición del actual modelo, para lo cual ya se habían preparado desde los años 50 en la facultad de Economía de la Universidad de Chicago.
De partida habría que hacerse la esperanza de que paren las privatizaciones, y que el Estado se tome la libertad se intervenir en la economía, ya sea como inversor, y controlador-regulador de todo el sistema en todas sus áreas.
Esto es una ducha de agua fría para todos los políticos que se han vendido, y sido comprados por el modelo desde hace 25 años, y de lo cual han hecho un estilo de vida. Incluyendo a jueces y fiscales, que también han sido comprado por las corporaciones.
Este resultado lo predijo el Presidente ruso Vladimir Putin en un debate con CNN, donde dijo que Trump era un líder “inteligente”. Esto causó revuelo en EEUU, y abrieron conjeturas-especulaciones del verdadero interés de Putin en este juego. Me atrevo a especular que no es otro que llevar a la mesa de diálogo-negociaciones acerca de la situación geopolítica, cuestión a la cual EEUU se ha negado sistemáticamente al considerar el mundo geopolíticamente como unipolar. La realidad es que por lo menos estamos en un mundo tripolar, que por lo tanto el nuevo orden del mundo deberá ser tripartita.
Una de la promesas de Trump es mejorar la capacidad competitiva en cuanto a atraer plazas de trabajo hacia EEUU. Que para eso necesita centrarse la economía para tiempos de paz, eso lo ha dicho. No debemos tampoco olvidar el conflicto del elegido presidente con el establishment del propio partido republicano, y que a ese círculo pertenecen todos los políticos de la era Bush, los cuales están ahora al frente de las corporaciones que controlan la industria bélica. Ahí habría un conflicto de proporciones, algo parecido a los conflictos que tuvo el Presidente Kennedy con esos sectores y que le costaron la vida. Aunque todavía no se ha demostrado, está en la memoria de la gente.
En todo caso en geopolítica, el mundo se encuentra en una situación análoga a la previa antes del tratado de no agresión entre Hitler y Stalin.
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