Cárcel hasta su último día


Martes 13 de diciembre 2016 7:44 hrs.


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Señor Director:

Uno de los peores delitos es la tortura. Eso de amarrar a un detenido y aplicarle tormento hasta que diga lo que sus captores quieren oír, es cruel, duro, violento y extremadamente un oficio de cobardes.

Antes que la tortura fuera una actividad institucionalizada y pagada a cargo fiscal, también en los cuartes de apaleaba. Se les llamó “Los guatones de la PP”; personal de investigaciones que en sus cuarteles hacían lo que querían en contra de detenidos sin ninguna posibilidad de defenderse, pero todo cambió, todo se puso oscuro y el mundo se veía a través de una venda.

En Punta Peuco hay militares que formaron equipos de torturadores. Oficio que ejercieron durante años. Torturaban de día y luego, en sus casas, llevaban una vida normal….era su trabajo.

En Punta Peuco hay militares que les gustó apretar el gatillo y dejaron una secuela de muertos que están tipificados en el Informe Verdad y Reconciliación. Hay uniformes de todos los colores y un dato importante, en esa cárcel no están todos los que deberían estar a buen recaudo, por haber ejercido como criminales, por haber cometido delitos muy graves.

Esos presos, a quien defiende el Ministro de Justicia en sus derechos, tuvieron un juicio justo, ejercicio negado a sus adversarios. Los detenidos por la DINA primero y la CNI después pasaban largos periodos en los recintos de tortura, en su gran mayoría Regimientos y locales especialmente diseñados para aquello. Colonia Dignidad es otro ejemplo.

Los que habitan Punta Peuco no fueron torturados…

Tranquilamente entregaron su listado de mentiras en los tribunales. Los militares nunca dijeron la verdad, todos estaban a cargo de la limpieza de los vehículos, o eran los encargados de hacer las compras para los casinos. Responsable del aseo de las piscinas y bibliotecarios, Frente a esta situación se pone en legítima duda no solo el supuesto honor de los militares, que no tienen, sino que la seguridad de la Patria……su oficio.

No es precario el Ministro de Justicia en su conocimiento de la Ley y de la historia de las leyes en otros periodos en la historia de la humanidad. ¿Es lo mismo uno que roba una radio con otro que tenía el poder de las armas?, y que contaba con el apoyo institucionales/militar y la admiración de sus pares.

¿Está en el mismo nivel el que practica un cogoteo con los que mataron a Lumi Videla para lanzarla desnuda a la Embajada de Italia?. Los dos son delitos, ambos casos deben ser pagados con la prisión, pero los delincuentes comunes no tienen lugares especiales para coordinar sus delitos, son espontáneos, muy distinto a los que tenían lugares especiales Grimaldi, Venda Sexi y tantos otros.

Luego de terminada la Segunda Guerra Mundial, la horca trabajó a horas extraordinarias, los grandes responsables tuvieron un juicio y darles de comer ya era un regalo. Los que se negaron al juicio se suicidaron. Queda en la memoria de la humanidad todos los delitos innombrables cometidos. Los presos, los responsables de aquellos horrores pagaron en la cárcel sus crímenes, miles cumplieron la condena hasta el último día, sencillamente porque la sociedad, los agredidos, a los que se conculcaron sus derechos deben ser reparados, no como si de venganza se tratara, sino sencillamente porque la dignidad de una sociedad así lo exige.

Chile, sabemos, es un país donde no hubo transición. Llegó el año 90 y se comenzó a caminar bajo y muy lento, con los acuerdos firmados entre la Concertación y las Fuerzas Armadas. Pinochet intocable; el modelo económico intocable; leyes redactadas por las FF.AA intocables; ningún militar llevado a tribunales por los crímenes cometidos, todos intocables; sistema binominal intocable; Poder Judicial con sus actores incluidos, intocables; embajadores de la dictadura, intocables; empresas de todos los chilenos que fueron traspasadas a los grupos económicos, intocables; Justicia Militar intocable y en muy buena salud; leyes secretas redactadas por voluntad de las FF.AA intocables, y finalmente parlamentarios intocables, todos abrigados en el binominal.

No deben la transición…asunto pendiente con nombres y apellidos

Los presos de Punta Peuco consideraron a un sector de chilenos como un sujetos que debían ser vencidos y sometidos, y esa política es exterminio. Hay suficiente información de cómo practicaron su odio en contra de nuestro pueblo mapuche, casi todos analfabetos y pobres, sin la más mínima posibilidad de defensa. En un país como Chile, ser pobre y pueblo originario es extremadamente duro y violento.

Pues bien, los que habitan actualmente Punta Peuco deben cumplir sus condenas. Su estado de salud puede ser tratado en los recintos de salud pública, que es la que utiliza la inmensa mayoría de chilenos. Si hasta en eso tienen privilegios ellos: el Hospital Militar.

Quedan muchas razones para dejarlas colgadas en todo el tiempo por venir a lo que deberemos agregar lo dicho por el Ministro de Justicia, los presos en Punta Peuco ejercieron sus derechos, pero su lugar es estar presos y hasta que cumplan los años de condena, así lo exigimos los miles que por años transitamos pasillos entre ruidos de rejas y candados.

Por causas más pequeñas Ministros han dejado sus cargos, y esta es una falta muy grave, tanto así que violenta la memoria de un pueblo.

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

Envíanos tu carta al director a: radio@uchile.cl

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