En el marco de la campaña de navidad 2016 del Hogar de Cristo, llamada “Voces sin Prejuicio”, el capellán de la institución fundada por San Alberto Hurtado, Pablo Walker, señaló en conversación con Diario y Radio Universidad de Chile que el objetivo de esta cruzada es que la festividad “sea rescatada de los lugares comunes”, y aprovechar de conectarnos entre todos tomando conciencia de los prejuicios “con los que nosotros reproducimos nuestras murallas”.
El sacerdote plantea que esta conmemoración debe asumirse como “un camino de liberación personal, de dejar de vivir de los estereotipos y los prejuicios mutuos para conocer al otro”, y así tomar conciencia de la raíz de estas visiones preconcebidas, las que el prelado calificó como verdaderos apartheids.
“Y hacemos que nuestra vida sea una sumatoria de apartheids de intereses de nuestro sector, de los nuestros, y eso provoca no solamente mucha violencia sino que además está destruyendo vidas de comunidades enteras, estamos pensando en los migrantes, estamos pensando en los niños que han muerto no solamente en los hogares del Sename, estamos hablando de actitudes de un ministro o un parlamentario o un empresario de desconexión de lo que le está pasando a nuestro país, sino como una actitud desconectada y muy enajenada en el producir y consumir, y bueno sobrevivir”.
El sacerdote hizo un llamado a dejar a un lado las caricaturas y fidelidades a los distintos grupos de pertenencia que nos mantienen secuestrados “y que hacen que hagamos esta especie de economía y simplificación mental”, lo que a su juicio además de ser fuente de conflictividad social, es un subdesarrollo moral “penoso y patético”.
“Tomar conciencia de nuestros prejuicios sin caer en la crítica como ‘no, es el colmo’, sino pensar dónde yo aprendí que una persona en situación de calle es el viejo del saco. Dónde yo aprendí que una persona de condición homosexual es un marica. Dónde yo aprendí que un migrante es un delincuente, en dónde, quién me lo enseñó, por qué. Y qué enganchó no sé si con miedos, con heridas, con expectativas de ascenso, de sobrevivencia que, en realidad, son infrahumanas, que están provocando mucha fractura social, mucho atropello a los DD.HH.”.
Walker señaló que estos prejuicios son los que hacen que nos coloquemos en una situación de poder, superioridad y ventaja “en esta estupidez de concebir que un país es un mercado”, señaló el prelado: “El país, como decía el Padre Hurtado, es una misión común, y que el síntoma de la dignidad humana es la solidaridad”, agregó.
Beneficios carcelarios a violadores de DDHH
El capellán del Hogar de Cristo también se refirió al debate sobre la entrega de beneficios carcelarios a quienes están condenados por delitos de lesa humanidad, haciendo hincapié en la necesidad que los reos entreguen información relevante para determinar el paradero de los detenidos desaparecidos y las circunstancias en las que se produjeron las graves violaciones de derechos humanos.
En ese sentido, Walker señaló que el gran trauma social que significó la Dictadura para nuestro país, requiere de gestos importantes para ir superándolo, y uno de esos gestos es que los reos por violaciones a los DDHH entreguen información relevante que ayude a resolver los casos de detenidos desaparecidos.
“Que las personas que tienen información sobre los atentados a los DDHH, sobre dónde están sus restos de los aún desaparecidos, que esas personas que cometieron actos no reconozcan que tienen información, o que no pidan perdón no ayuda, no ayuda a ese trabajo que hay que hacer. Pero en el caso que efectivamente hubiera -las personas que lo pudieron hacer- algún reconocimiento de que si volvieran a tener que tomar la decisión, se dan cuenta de que eso no estuvo a la altura de lo que el país se merece, que fue un error y un atentado a los DDHH, el reconocimiento de la culpa, el arrepentimiento ayudaría”.
Pablo Walker señaló que también hay que tener la certeza que los reos que pudieran acceder a beneficios, efectivamente tienen problemas graves de salud, ya que recordó que “en el pasado personas simularon senilidades, simularon incapacidades intelectuales que no eran tales”: “Entonces hay que priorizar, más bien, el hecho directo de que pidan perdón y den información las personas que aún la tienen, para que sea posible el perdón”.