30 bandas, grabaciones de estudio, registros audiovisuales, fotografías, entrada liberada. Estos son algunos de los elementos que constituyeron el Ciclo de Bandas Emergentes de Sala Master. La iniciativa surgió a través de un proyecto de mejoramiento de la infraestructura de la Sala, que contó con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
En las 30 fechas se presentaron bandas de punk, pop, jazz, cumbia, metal, folclor, rock, entre otros estilos. El ciclo tenía como objetivo ofrecer a artistas nuevos, condiciones profesionales para realizar presentaciones en vivo.Pese a existieron bandas emergentes que habían participado de conciertos o tocatas con anterioridad, un gran número de quienes tocaron ahí, lo hicieron por primera vez ante un público.
Junto con las presentaciones, el equipo de la Sala realizó registros de audio de cada uno de los conciertos. Además, posteriormente se incluyeron la grabación de un registro audiovisual del show.
“La propuesta fue siempre interesante y novedosa, nos preocupamos de seleccionar bandas que tuvieran contenido, lo que resultó muy bien. La respuesta del público fue buena en general. Hubo fechas en que no hubo mucha gente y otras en que la Sala se llenó. Además, todas las bandas se fueron muy felices, porque además de participar en el Ciclo, tocar en la Sala Master tiene relevancia para las bandas”, explicó el organizador de la iniciativa, Ricardo Hinojosa.
La Sala Master fue construida en los años setenta, bajo la iniciativa y gestión del grupo musical Los Jaivas. Fue concebida como un estudio de grabación para bandas en vivo, lo que la constituyó como la primera sala en realizar este tipo de registros.
“Tiene una sonoridad que es muy rica y aparte te permite generar una cercanía muy particular con el público, donde la gente rodea prácticamente a los artistas. Se trabaja con el formato de sesiones donde se quiebra la berrera entre público y banda. A pesar de que sea chica, que no entra mucha gente y hace calor, siempre hay mucha gente que quiere ir a tocar a la Sala, es un lugar místico”, señaló Ricardo Hinojosa respecto a los elementos que hacen de la sala master un lugar entrañable de la escena musical santiaguina.
Una mística particular, un sonido acogedor y una ruptura de la distancia entre el artista y el público, serían algunos de las aspectos fundamentales de la Sala Master.
Samy Maluenda y la Octaband, Nido de pájaro, Platillo volador, Los obreros del mambo y El ruidoso imperio del egoísmo, fueron algunas de las bandas que se presentaron en este ciclo que ofreció de manera gratuita, un espacio de gran calidad a artistas emergentes.