Escapar de la cárcel


Jueves 29 de diciembre 2016 11:24 hrs.


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Señor Director:
Hace veinte años, el 30 de diciembre de 1996, cuatro hijos de la rebeldía escaparon en helicóptero desde la Cárcel de Alta Seguridad, generando una ola de alegría compartida por millones de chilenos que unieron sus sentimientos con aquellos que interpretaban, como Manuel Rodríguez en su época, la partitura de la historia  que dice que ésta no se escribe de una sola manera y que quizás la única medida de lo posible es el luchar siempre por ser libres.
La fuerza simbólica de esta audaz fuga cuestionó el discurso del acomodo como única regla del juego en el infantilizante patio de la Concertación que también  descartó, desde un principio, toda forma de participación desde la base social y tergiversó valores nobles al traducir la alegría a formas  de lucro.
El manejo mediático de la detención de uno de sus principales protagonistas (Ramiro) en Brasil tampoco han logrado afectar el digno perfil de esta gesta que interpretó a miles de hombres y mujeres que ofrecieron todo lo que tenían por la conquista de una verdadera democracia.
La audacia de esta acción fue producto de la maduración de la lucha anti-dictatorial y de una  política de rebelión que integraba la defensa de valores concretos de libertad, dignidad y justicia en contraposición al programa de sometimiento ciudadano puesto en practica de manera sanguinaria por una facción sediciosa. Allí se crearon las condiciones para la aparición de una generación de luchadores sociales decididos a utilizar todos los recursos, lucha audaz se la llamaba,  para defender sus derechos. La fuga sintetizó, implícitamente, los valores fundadores y principios de pensamiento de audacia política y dignidad, en un solo instante. Por su irreverencia hacia lo que se instalaba en el país, por su limpieza de ejecución y su conexión telúrica  con el anhelo de justicia de una gran mayoría de chilenos.
Hoy el mundo y Chile dentro de él,  necesitan una cuota de audacia y creatividad en lo político. Sobre todo cuando estamos siendo gobernados por mas y mas dirigentes  que  no se pronuncian con la altura de miras y la profundidad que las circunstancias merecen. Escapar de la cárcel de las convenciones y volar a la búsqueda de nuevas respuestas para difíciles tiempos es volver a ser libres.

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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