El colegio del barrio (sobre la educación en Holanda)


Martes 14 de febrero 2017 10:42 hrs.


Compartir en

 Señor Director:

Hace algunas semanas recibimos una carta del colegio secundario (mixto), emplazado en nuestro barrio, invitándonos a conocer el edificio remodelado recientemente. En Holanda, es habitual que  al inaugurar una obra o proyecto financiados por el Estado, se convoque a la gente para que participe en lo que se conoce como el “open dag” (“jornada de puertas abiertas”). Con esta actividad se busca trasparentar el uso de los recursos, lo que también se podría interpretar  como un reconocimiento del aporte de los contribuyentes al desarrollo del país. Sin embargo, esta vez, me sorprendió que se planificara una jornada especial para los vecinos del barrio, que lidiamos durante un año con las molestias de la obra.

Nuestro barrio es diverso, en este espacio coexisten casas lujosas, áreas verdes, departamentos para  estudiantes y viviendas que en los años cincuenta, fueron edificadas para acoger a los obreros de ferrocarriles.

Al “open dag”, fui con mi hijo que es alumno del colegio. En tanto otros  estudiantes, se ocupaban de recibir a los vecinos de avanzada edad, algunos de los cuales necesitaron ayuda para desplazarse. Fue agradable ver el entusiasmo y asombro de la gente mayor y la cordialidad de los alumnos.

El interior del edificio ha quedado espléndido, seduce por su minimalismo y calidez. Es un lugar jovial, luminoso, despejado, que invita a quedarse.

Como es un colegio que le da un especial énfasis a las actividades artísticas, el equipamiento de las salas de música y talleres de arte, son  superlativos. Aunque no por esto,  se han quedado en desmedro los laboratorios de física, biología y química; puesto que, la peculiaridad de este colegio, es que acoge a estudiantes con intereses artísticos que también gustan de ciencia y tecnología.

Por otra parte, es significativo que este colegio acoja a estudiantes de diferentes niveles.

¿Qué implicancias tiene esto? El sistema holandés de educación secundaria, a grandes rasgos se divide en tres estadios:  VWO, que es el que prepara para la universidad; luego viene el nivel HAVO, que prepara para carreras que en Chile son universitarias pero que acá no lo son, tales como: pedagogía, kinesiología, fonoaudiología, carreras equivalentes a ingeniería comercial (que por cierto es un invento chileno); y por último VMBO-T, que es un nivel que forma a los estudiantes para seguir en el futuro carreras técnicas. Esto quiere decir, que en este colegio se educan estudiantes que son parte de programas de educación de excelencia, hasta aquellos jóvenes que tienen habilidades para desempeñarse en trabajos técnicos. No está de más decir que el colegio, pese a pertenecer a una corporación privada sin fines de lucro, es financiado por el Estado con el dinero recaudado a través de los impuestos.

En pocas palabras, a este colegio asisten estudiantes con diferentes intereses, habilidades y destrezas; pero no por esto,  algunos endiosados u otros dejados a la deriva. Todos cuentan siempre, con la posibilidad de superarse y avanzar hacia los estadios más altos si se lo proponen.  En este lugar convergen estudiantes hijos de obreros, profesionales, académicos, artistas, empresarios, profesores, trabajadores independientes, familias con o sin credos.

Ser consciente de esta diversidad en tanto recorría el colegio, me hizo pensar que ese espacio de organización tan cuidada, permite que todos los estudiantes sin ninguna condición, sean acogidos respetando su dignidad.

Saludos y que tenga un muy buen día.

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

Envíanos tu carta al director a: radio@uchile.cl

Presione Escape para Salir o haga clic en la X