Marzo será un mes clave para la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Esto, ya que tres de las organizaciones más importantes de la multisindical evaluarán su permanencia: la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam), una fracción de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (Anef) y la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC). A este escenario se suma la paralización de relaciones del Colegio de Profesores, organización que a principios de febrero anunció que congelará su militancia.
La molestia de las agrupaciones es con el sistema de elecciones que mantiene la Central. Una votación indirecta que no permite igualdad de condiciones entre sus miembros. Luego de las denuncias de irregularidades ocurridas durante la última elección de mesa directiva, sus líderes se habían comprometido a avanzar hacia “un militante, un voto”, promesa posteriormente descartada.
Profesores, trabajadores del cobre, salud municipal y parte de la ANEF sumarían alrededor de 240 mil afiliados, por lo que su fuga representaría una pérdida de más de 26 millones de pesos mensuales para la multigremial.
No solo lo económico se vería alterado. Para Luis Salas, dirigente de la Asociación Nacional de Funcionarios de la Superintendencia de Pensiones y miembro del Movimiento Cabreados de la ANEF, “con la salida de la Confusam, la Anef y del Colegio de Profesores, la Central queda con bastante menos poder, por lo tanto, es casi como una muerte anunciada lo que está viviendo la CUT”.
Asimismo, Salas recalca que “si la CUT no es capaz de enfrentar este momento de crisis, lo que correspondería es desafiliarse y crear una nueva Central que pueda responder a la democracia, la transparencia y a la participación, que es en el fondo lo que estamos esperando muchos de los dirigentes que estamos vinculados a la CUT”.
El origen de la crisis
El quiebre de la CUT quedó al descubierto en sus elecciones pasadas, cuando distintos dirigentes denunciaron la adulteración de los padrones electorales. Entonces, la situación llegó a tal punto, que pese a que Arturo Martínez salió vencedor, la Central decidió convocar a una directiva transitoria para repetir los sufragios.
En este contexto, el 27 y 28 de enero pasado la Central citó a un Congreso Nacional para discutir cómo se efectuarán las nuevas elecciones del gremio. La pelea fue ardua, al extremo que se acrecentaron las diferencias entre las organizaciones.
El punto central de la discusión fue el mecanismo que se utilizará durante los comicios de abril próximo, es decir, el voto ponderado y no el universal como exigen la mayoría de las organizaciones.
Frente a ello, Andrés Giordano, presidente del Sindicato de Trabajadores Starbucks Coffee Chile S.A, indica que de cara a las elecciones presidenciales, la CUT intentará mantener el liderazgo de los dirigentes que militan en sectores pertenecientes a la Nueva Mayoría, como Bárbara Figueroa (PC) y Arturo Martínez (PS).
“Nos parece que es imperante para ciertos sectores políticos mantener el control de la Central, en el contexto de que el gremio pueda tener algún rol clave en las próximas elecciones presidenciales”, sostiene.
Así, subraya que “la negativa a cambiar el mecanismo electoral tiene mucho que ver con la incertidumbre que podría provocar en el resultado la elección. No se sabe quién sería electo si fueran las propias bases las que eligiesen. Por el contrario, mediante el mecanismo ponderado siguen operando, de una u otra forma, los acuerdos internos entre ciertos bloques políticos que tienen estructuras de partido, por lo tanto, es predecible que en las próximas elecciones van a haber resultados bastante similares a los que hubo en agosto pasado”.
Hacia la reconstrucción del sindicalismo
¿Cuáles serán los desafíos del sindicalismo en este contexto?, ¿cuánta validez tendrá la multisindical si los gremios llegaran a concretar su retiro?, ¿qué consecuencias podría acarrear el que la CUT se encuentre dividida en un año electoral?
Para el abogado laboralista de la UDP José Luis Ugarte, la principal tarea del sindicalismo para este año en Chile será el generar un movimiento independiente del Gobierno. “El sindicalismo chileno va a enfrentar un dilema que no se había dado antes: generar un sindicalismo autónomo, porque hoy la Central se ha transformado en el brazo sindical de la Nueva Mayoría”.
Asimismo, el académico advierte que la CUT deberá hacer frente a la Reforma Laboral: “Vienen tiempos difíciles para el sindicalismo, porque se deberá ajustar a un marco regulatorio más complejo que el actual, por lo tanto, la tarea es cómo reubicarse ante ese plan laboral”.
En este contexto, el abogado recalca que el escenario está abierto para que nazcan otros gremios capaces enfrentarse al Ejecutivo. Al mismo tiempo, señala que al mantenerse el voto ponderado, el oficialismo se mantendrá a la cabeza de la multisindical.
La situación para la CUT no será fácil en este sentido. Desde las agrupaciones lamentan, por ejemplo, que de cara a un año de elecciones presidenciales la Central no pueda enfocarse en propuestas y exigencias de los trabajadores, sino que por el contrario, se estanque en rencillas que ya deberían estar solucionadas.
“No tenemos una Central que sea representativa de todos nosotros y eso es sumamente grave. Por eso, debe tomarse un camino para obtener mejores negociaciones con el Gobierno, que respondan a las necesidades de los trabajadores que no están en ninguna parte ”, concluye al respecto Andrés Giordano.