Un tiroteo en el instituto Alexis de Tocqueville, en la localidad de Grasse, al sur de Francia, habría dejado a ocho heridos, entre ellos al director del establecimiento. La policía francesa habría capturado a un joven de 17 años y, según medios franceses existiría un segundo involucrado que se habría dado a la fuga. Pese al ataque, las autoridades instan a la calma, dado que “la situación está bajo control” y los estudiantes a salvo.

Las primeras investigaciones descartan la pista terrorista, más bien lo ubican como la acción aislada de un joven con problemas psicológicos, con un cyberperfil marcado por la visualización de videos sobre matanzas de masa.

El primer ministro, Bernad Cazeneuve – ya alertado de la explosión de un paquete bomba ocurrido en la sede de la FMI en París más temprano-  acortó su visita en provincia para supervisar las operaciones, además de la Minsitra de la Educación, Najat Vallaud Belkacem, la cual anunció que se despalzará en la tarde sobre el terreno.

A menos de dos meses de la primera vuelta de los comicios presidenciales, el caso del tiroteo de Grasse reactiva el tema de la seguridad nacional y cómo los discursos populistas han utilizado los ataques a su favor. El atentado se da justo en el momento en que el Gobierno francés se mostraba disponible a abandonar el estado de emergencia que los rige desde 2015

La ministra de Educación va a desplazarse hasta Grasse, donde todos los colegios permanecen cerrados. Las autoridades han emitido una alerta de atentado y los servicios de emergencia han recomendado a los ciudadanos no salir a la calle. A la visita también se sumaría el primer ministro, Bernad Cazeneuve.