Señor Director:
A propósito del inicio del juicio oral por el condenable caso de agresión contra Nabila Rifo, que ha vuelto a poner su situación en los medios, quisiera mencionar algo que me ha llamado la atención durante el último tiempo: los Cirujanos Plásticos hemos notado un aumento de personas que requieren cirugía plástica reconstructiva debido a las secuelas físicas que deja la violencia familiar.
El caso de Nabila no es el único. He visto esto antes. Hace años atrás operé a una mujer que también tenía fracturas en el cráneo y había perdido sus globos oculares producto de un escopetazo de su esposo. Y no sólo mujeres, también he visto hombres con lesiones faciales terribles causadas por el uso de la fuerza. Que Nabila haya sobrevivido es extra-humano, ya que todas las condiciones estaban dadas para que no fuera así.
Los cirujanos plásticos ayudamos a las personas a mejorar su autoestima y calidad de vida. Pero es durísimo enfrentarse a estos casos. En lo que va de este año, van siete femicidios consumados y 19 frustrados, según las estadísticas del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género y, seguramente, muchos otros de los que no sabemos. Nunca había visto tal nivel de violencia. Creo que es preocupante el índice de agresividad de nuestra sociedad.
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