Señor Director:
Es evidente que Sebastián Piñera no tendría la fortuna que tiene ahora si no es por Augusto Pinochet, lo mismo para otros empresarios.
En efecto, bajó la constitución implantada a sangre y fuego por el tirano, se instauró un modelo económico donde las empresas que eran del Estado se liquidaron a precio de huevo, había que apropiarse rápidamente de ellas en nombre del capitalismo popular y, posteriormente, revenderlas a los extranjeros en condiciones muy mejoradas tal como sucedió en el caso Chispas.
Otro caso es SQM, donde Piñera llegó a controlar un 4 por ciento, lo que no es menor, y le permitía estar al tanto de las maniobras que hacía Patricio Contesse para blanquear el atraco que se hizo a los chilenos, bonificando a los políticos, por lo cual la empresa fue condenada en EEUU. y aquí en Chile no ha tenido hasta ahora ninguna sanción. Es más en su mismo gobierno, su subsecretario Pablo Wagner llevó a cabo una licitación fraudulenta a favor de SQM, que tuvo que ser revocada por la justicia, de la cual el salió sin ninguna mancha. ¿Qué responsabilidad tuvo sobre el actuar de su subsecretario?, ninguna, pero sí sabía que de haber ganado la licitación su capital aumentaría.
La relación de Piñera con Pinochet ha sido según su olfato: en 1988 viendo que la embajada de EEUU no apoyaba la extensión del dictador, se embarcó por el NO, a pesar de haber recibido los favores de ministros del gobierno militar para evadir la justicia a raíz de los sucesos del Banco de Talca; luego como la plantilla de senadores DC estaba completa, un rápido giro lo llevó a ser generalísimo de Hernán Buchi y candidato a senador en 1990; en 1993 su candidatura presidencial se abortó por el Piñeragate y en 1998 también viajó a Londres al rescate del dictador, preparándose para la presidencial de 1999, previamente en el Senado había presentado una ley para prolongar la Amnistía hasta el último día del mandato de Pinochet.
Hoy ya no vale la pena declararse pinochetista, sólo queda Hermógenes y un 2 ó 3 por ciento como proclamara Andrés Allamand, no interesa la figura ni menos el daño que se les causó a las FFAA. total basta con mantenerles sus pensiones, que son una burla para el resto de los chilenos a quienes se les exige financiar su jubilación y mínimo 65 años.
En definitiva Pinochet comandó el trabajo sucio y dejó un país entregado a la voracidad de los empresarios, donde las Isapres y las AFP tienen ganancias aseguradas; se destruyó instituciones como la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales y Hospitalarios que permitían construir Escuelas, Hospitales y hasta Jardines Infantiles sin una mancha de corrupción y curiosamente quienes se ufanan de haberlo derrotado entregaron las riquezas mineras al capital foráneo, además de amplificar el modelo económico permitiendo el lucro en la educación, la impunidad a los empresarios coludidos.
No hay duda: se dice que se derrotó a Pinochet pero se actúa como si estuviera vivo, ya que de las pensiones de las FFAA. mejor ni hablar.
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