Señor Director:
Algunos periodistas en este periódico digital emiten juicios que van de lo superficial hasta la franca ignorancia o, incluso, manipulación grosera de la verdad. En ocasiones, se ataca pueril o perversamente a personas hasta por tener un apellido determinado (Almagro), endilgándole responsabilidad por genocidios ocurridos hace 500 años por otra persona con el mismo apellido.
A veces uno llega a dudar si realmente los que escriben son periodistas, por el nivel de primitivismo de ideas maniqueístas al extremo, dogmatismo, falta de criterio, intolerancia, fanatismo casi religioso en lo político, ahistoricismo (viven como si estuviésemos en la misma realidad de hace 50 años), pereza mental, falta de estudio de la realidad o, lo que es peor, conociendo la realidad, presentarla deliberadamente torcida.
El problema no es sólo lo anterior, sino -además- que no se puede poner un comentario o aclaratoria al artículo. ¿Cómo se puede entender ésto en la prestigiosa Universidad de Chile ?
¿Por qué el Diario UChile no tolera el aporte o la discusión como la mayoría de los diarios digitales?
Incluso se pudiera “moderar” la inclusión de comentarios si se teme la insurgencia de expresiones insultantes o groseras (que siempre las hay), pero también es insultante y grosero que un periodista diga lo que se le venga en gana y no se pueda decir ni pío abajo como un simple comentario que, en muchos casos es también didáctico. Especialmente cuando hay errores que pueden ser rayanos en la complicidad criminal. Por ejemplo, cuando se violan los derechos humanos, hay gente muriendo de hambre y niños que mueren por falta de medicinas mientras los autócratas del gobierno reprimen con la fuerza militar para seguir apropiándose de la riqueza de un país y, faltando a su ética por la verdad, el periodista -vaya uno a saber por que motivo, oculta esa realidad o incluso -haciéndose cómplice con la barbarie, la distorsiona o niega olímpicamente
N de la R:
Publicamos sus exabruptos en la sección que corresponde: en cartas al Director. Lamento que no fundamente nada, que solo se dedique a descalificar
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.