Señor Director:
No es misterio para nadie que, desde el 2010, el número de inmigrantes que ha llegado a Chile ha crecido exponencialmente. No es de extrañarse ya que, según varios índices como Doing Business y Prosperity, Chile es uno de los 3 países mejor posicionados en Latinoamérica junto con Uruguay y Costa Rica. Lo lógico es que la gente acuda a estos países con mejores ambientes para buscar mejores oportunidades. Sin embargo, lo que esos índices no miden es cuál es el recibimiento que la gente tiene ante la llegada de inmigrantes.
Se están empezando a escuchar comentarios como “vienen a robar nuestros trabajos”, siendo que en la mayoría de los casos toman los trabajos que el resto de los chilenos no quiso, o “vienen a robar”, cuando tan solo el 1,1% de los inmigrantes que han llegado a Chile han sido detenidos por infringir la ley, según el segundo boletín estadístico de la Mesa Interinstitucional del Acceso a la Justicia y de Migrantes y Extranjeros del 2015.
Es importante también recordar que, como todos los países de América, la mayoría de nosotros somos hijos de inmigrantes. Estos fueron países fundados por inmigrantes españoles, ingleses, franceses, portugueses, etc. Todos ellos llegaron a este continente buscando mejores oportunidades y, gracias a eso, es posible que estemos nosotros aquí. Mi pregunta es entonces, ¿por qué no podemos nosotros permitirles al resto que tengan una oportunidad como la que tuvieron nuestros ancestros?
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