En medio de la campaña para elegir en sus primarias a quien les representará en la próxima contienda presidencial, la bancada de diputados de la UDI le pide a Sebastián Piñera que integre en su propuesta una drástica reducción de funcionarios públicos.
Los honorables, representados por Juan Antonio Coloma y Gustavo Hasbún, señalan que solamente en abril de este año el gasto estatal en contratos a honorarios fue de cerca de 15 mil millones de pesos, distribuidos en los 10.359 funcionarios que boletean para alguno de los 23 ministerios.
Coloma señala que le pedirán “a un eventual Gobierno del Presidente Piñera que optimice los recursos de todos los chilenos y que la contratación de operadores políticos sea erradicada. Qué duda cabe de que estos dineros se deben fiscalizar”, mientras Hasbún sentencia que “uno de los más nefastos legados del gobierno de Bachelet es la contratación grosera de operadores políticos. Esto no va a pasar con Piñera”.
Pero, detengámonos un poco, reflexionemos y vamos al fondo de lo que estos señores pretenden afirmar tan categóricamente.
Es cierto que hay mucho funcionario público trabajando a honorarios, eso es innegable. Sin embargo, la gran mayoría no son operadores, sino el resultado de las políticas implementadas desde la dictadura y mantenidas por los gobiernos posteriores, que apuntan justamente a achicar el Estado, a privatizar extensas áreas que antes eran prioritarias para Chile, como la Educación y la Salud.
Ante la imposición de no hacer crecer las plantas de funcionarios públicos, a los gobiernos no les ha quedado otra alternativa que hacerles padecer de estos eternos contratos a honorarios, dejándoles desamparados de Previsión y Salud, entre otras cosas.
Claramente hay que reducir la cantidad de operadores políticos, eso ha sido una necesidad desde tiempos inmemoriales, como lo dejan establecido las primeras seis de las 40 Medidas del Gobierno de la Unidad Popular, que vale la pena recordar:
- SUPRESIÓN DE LOS SUELDOS FABULOSOS
Limitaremos los altos sueldos de los funcionarios de confianza. Terminaremos con la acumulación de cargos y sueldos. (Consejerías, Directorios, Representaciones). Terminaremos con los gestores administrativos y traficantes políticos.
- ¿MÁS ASESORES? ¡NO!
Todo funcionario pertenecerá al escalafón común y ninguno estará al margen de las obligaciones del Estatuto Administrativo. En Chile no habrá más asesores.
- HONESTIDAD ADMINISTRATIVA
Terminaremos con los favoritismos y los saltos de grados en la Administración Pública. Habrá inamovilidad funcionaria. Nadie será perseguido por sus ideas políticas o religiosas; se atenderá a la eficiencia, la honradez y el buen trato con el público de los funcionarios de Gobierno.
- NO MÁS VIAJES FASTUOSOS AL EXTRANJERO
Suprimiremos los viajes al extranjero de los funcionarios del régimen: salvo aquellos indispensables para los intereses del Estado.
- NO MÁS AUTOS FISCALES EN DIVERSIONES
Los automóviles fiscales no podrán usarse bajo ningún pretexto con fines particulares. Los vehículos que queden disponibles se utilizarán para fines de servicio público, como transporte de escolares, traslados de enfermos de las poblaciones o vigilancia policial.
- EL FISCO NO FABRICARÁ NUEVOS RICOS
Estableceremos un control riguroso de las rentas y patrimonios de los altos funcionarios públicos. El gobierno dejará de ser una fábrica de nuevos ricos.
Claramente los señores Coloma y Hasbún, como sus colegas parlamentarios, no traen a la memoria estas medidas pues va en contra de lo que realmente son: unos aprovechadores que, además, reciben sobresueldos de las grandes empresas que les dictan las leyes que deben aprobar.
La inmensa mayoría de los funcionarios públicos, como los trabajadores de la Salud afiliados a la CONFENATS, somos gente honesta que aportamos al desarrollo del país y defendemos lo poco que han dejado de administración estatal, pues solamente desde ese espacio se puede dar soluciones reales a los sectores que el modelo neoliberal deja en desamparo.
Defendemos la necesidad de mantener y aumentar la planta de funcionarios públicos, tal como defendemos a la Salud Pública de la política de concesiones que ha sido un fracaso total, como lo deja en claro todos los días el Hospital de La Florida, con sus roturas de cañerías, explosiones de matrices y cortes de luz.
Es cierto, hay que terminar con los gastos que son un peso sobre los hombros de todos quienes pagamos impuestos, pero comencemos con los sueldos millonarios de los parlamentarios y los altos cargos de todos los gobiernos, prioricemos con quienes eluden su aporte impositivo haciéndole boletas “ideológicamente falsas” a sus bancadas, aquellas donde la UDI tiene record de involucrados, por lo que malamente pueden ponerse a dar recetas de ahorro y austeridad.
Si señores Coloma y Hasbún, hay que disminuir el gasto innecesario. Comencemos por ustedes.
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