Sr. director,

He leído con interés el artículo “El Sename ¿culpable o chivo expiatorio?” y sobre el mismo quisiera hacerle un par de comentarios:

En primer lugar, felicitar muy sinceramente a su autor (René Solís de Ovando), porque desde que hace más de un año ocurriera la desgraciada muerte de una niña en un centro del Sename, nadie, absolutamente nadie, se había ocupado de analizar seriamente lo ocurrido. Todo han sido declaraciones en búsqueda de titulares sensacionalistas y explicaciones de detalles escabrosos. Y cuando se ha querido hacer un supuesto análisis “más profundo” de las causas de lo ocurrido, se ha tendido a buscar responsables políticos y a cuantificar el Nº de menores institucionalizados en el Sename, sin ver (o querer ver) que a los centros del Sename generalmente llegan niños y niñas gravemente maltratados, desprotegidos, desamparados y, además, con un perfil de desventaja social crónico… es decir, son niños y niñas destinados a permanecer en estas instituciones por largos períodos de tiempo. Y esto no se arregla entrevistando al padre de la niña –por cierto, en la cárcel por haber abusado sexualmente de ella- o intentando investigar si los trabajadores del Sename eran “criminales” de niños, sino intentando pensar seriamente en cuáles son los verdaderos déficits de la protección social a la infancia en Chile. Esto es lo que hace, en mi opinión muy certeramente, el autor del artículo, a quien reitero mis felicitaciones y agradezco su trabajo. También es de agradecer que -¡por fin!- algún medio de comunicación ofrezca una posición diferente sobre la situación de la infancia en Chile.