Unfinished plan: El camino de Alain Johannes

“Eleven” es una de las bandas más influyentes y desconocidas de esa rica camada que tuvo en Seattle su centro de operaciones durante los noventa. Ese trío tenía en su centro a una pareja conformada por Natasha Shneider -nacida en Moscú- y Alain Johannes -originario de Chile-, un par de músicos virtuosos que vivieron un romance de más de 24 años y que encontraron en el rock una manera de comunicarse

“Eleven” es una de las bandas más influyentes y desconocidas de esa rica camada que tuvo en Seattle su centro de operaciones durante los noventa. Ese trío tenía en su centro a una pareja conformada por Natasha Shneider -nacida en Moscú- y Alain Johannes -originario de Chile-, un par de músicos virtuosos que vivieron un romance de más de 24 años y que encontraron en el rock una manera de comunicarse

Schneider y Johannes fueron fundamentales para el desarrollo del sonido grunge y compartieron estudio, creaciones y escenarios con Soundgarden, Pearl Jam y, más adelante, Queen of the Stone Age, por nombrar sólo algunas. Ambos fueron intérpretes y productores en el primer -y para mi gusto el mejor- disco solista de la carrera de Chris Cornell y en solitario Johannes ha sido músico y productor de gente como Artics Monkeys y PJ Harvey, entre muchos otros.

El documental “Unfinished plan: El camino de Alain Johannes” se centra en la historia de amor y musical entre Natasha Schneider y Alain Johannes contada por amigos y cercanos como Chris Cornell, Josh Homme, Alex Turner, Jack Irons y Matt Cameron, quienes describen esa relación personal y profesional como llena de creatividad, complicidad y respeto entre estas dos talentosas personas.

Organizada en capítulos, la narrativa del documental instala inicialmente esa relación y el poder que tuvo para crear música e influir a otros para luego hablarnos del luto que vivió Johannes cuando a Natasha se le diagnostica cáncer y muere un par de años después, en 2006. La segunda parte de la película se mueve hacia el reencuentro con Johannes con Chile y con el lado chileno de su familia. El músico había salido del país con su madre cuando el sólo tenía 3 años y durante su infancia vivió en varios países distintos para instalarse finalmente en Estados Unidos. Allá tuvo contacto con su tío paterno -el conocido músico nacional Peter Rock- pero poco sabía de su padre -el cantante Dany Chilean- y del resto de su familia acá.  En la última década y acompañando las giras primero de Chris Cornell y luego de Queen of the Stone Age, Johannes se reencuentra con Chile y con los suyos y, según cuenta en la película, halla acá un espacio que le ayuda a salir del dolor y lo llena de energía.

En muchos sentidos “Unfinished plan: El camino de Alain Johannes” está hecha como una carta de amor. Una carta de amor de Johannes a su mujer; de los amigos de la pareja a Natasha y Alain; y sobre todo del realizador Rodolfo Gárate a la música que ha salido desde Johannes y su entorno. Hay en cada imagen, en cada texto, en cada escena un respeto profundo por las emociones y el talento del músico. Es una película en la que se nota la fascinación del cineasta por el sujeto que retrata, y en donde hay un ejercicio consciente de estar a la altura de la historia que se cuenta y que se logra gracias a la generosa sensibilidad de quienes hablan y a la delicada mirada de quien filma.

“Unfinished plan: El camino de Alain Johannes” es una película que tendrá el interés inmediato de quienes aman el grunge y la música que desde ese lugar sonoro se ha seguido produciendo en las últimas décadas, pero también para quienes se preguntan sobre los procesos creativos, sobre el origen de la música, su cocina y cómo la creación está influenciada por los ires y venires de la vida privada. Se trata de un documental cálido y elegante, lleno de hermosa música, pero sobre todo lleno de humanidad.





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