Señor Director:
Mi profundo agradecimiento y admiración por el medio que Ud. dirige y por su extraordinaria valentía y consecuencia poco vistas en nuestros país en los últimos decenios.
No escucho mucho radio, pero la única que escucho es Radio Universidad de Chile. Tengo poco tiempo y no quiero destinarlo a que me desinformen, que es lo que habitualmente hacen los medios, hoy en día.
Reconozco que su Radio tiene una mirada pluralista, lejos del propósito de desinformar o proteger intereses de élites de este país.
Me atrevo a comentar que me llama poderosamente la atención al escuchar ciertos programas políticos y de inmigrantes en la radio que sus participantes, sin excepción, se hacen eco del cerco informático que se le tiende a Venezuela, para los propósitos que todos sabemos, sobre todo los que pasamos por la amarga y triste experiencia del golpe militar y posterior salvaje dictadura cívico-militar en Chile.
No tienen por qué ser todos ardientes defensores de la Revolución Bolivariana, que nadie ha dicho que es perfecta, pero extraña que un medio como la Radio Universidad de Chile, se una a la red de los medios hegemónicos para demonizar el gobierno del actual presidente Maduro, sin analizar causas, ni menos mencionar que está bajo el asedio de las grandes petroleras internacionales.
Me despido y repito mi gran admiración a su persona por su gran trabajo en ese medio, casi el único serio, que nos va quedando en este país.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.