Derechos de las mujeres

  • 28-07-2017

Las mujeres, a lo largo de la historia, nos hemos visto sometidas a la discriminación por género. La violencia sexual y la discriminación laboral son comunes en nuestro país. Tampoco estamos habilitadas legalmente para abortar, ni siquiera en estas tres causales mínimas en que nuestra integridad física y mental queda en riesgo.

Con una mayoría de la población que aprueba el proyecto, este sigue siendo frenado en el Parlamento, donde trabajan los supuestos representantes del pueblo. El nivel de la discusión parlamentaria ha carecido de inteligencia, los argumentos de algunos se caen de solo mirarlos. Desaprobar la ley que despenaliza (aunque si evitásemos los eufemismos diríamos que legaliza) el aborto en tres causales en nombre de una Constitución ilegítima en su origen y de los derechos humanos, cuyo sistema internacional en sus informes indica justamente a Chile la necesidad de cambiar la actual legislación que penaliza el aborto en toda circunstancia, es solo un ejemplo de esta falta de inteligencia. Decir que las mujeres van a fingir que fueron violadas para abortar en el marco de las tres causales ralla en la aberración.

Escuchar a Piñera señalar a raíz del tema del aborto que “las mayorías no pueden hacer cualquier cosa”, es preocupante: ¿quién decide, si no lo hacen las mayorías, será el 1 por ciento más rico del país? Probablemente, pues hace tiempo ya que lo hacen.

Las mujeres hemos sido vulneradas en nuestros derechos fundamentales; no por nada existe la CONVENCIÓN SOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER.  En su preámbulo, se reconoce explícitamente que “las mujeres siguen siendo objeto de importantes discriminaciones” y subraya que esa discriminación viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana.” A pesar de los diversos instrumentos internacionales que resguardan la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, los organismos de derechos humanos manifiestan preocupación al reconocer que “las mujeres siguen siendo objeto de importantes discriminaciones”.

Hoy repudiamos la violencia y discriminación contra la mujer, que transgrede los principios de igualdad y respeto de la dignidad humana. Queremos que la mujer participe en la vida política, social, económica y cultural, en las mismas condiciones que el hombre.

Por eso, así como la planta del Calafate, arbusto siempreverde de muy preciado fruto que crece en la Patagonia de nuestro Chile, las mujeres vamos a defender, con el borde espinado de la muerte, nuestros derechos. Agazapadas y coriáceas, vamos a agruparnos en racimos. Nosotras, esas pequeñas flores de color amarillo, vamos a defender el fruto oscuro, la baya redonda de negras semillas. Nuestras espinas agudas se alzan impidiendo el paso de quienes intenten privarnos de elegir qué hacer con el fruto de nuestro cuerpo.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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