En enero de este año Michelle Bachelet firmó un proyecto de ley para crear el Ministerio de Ciencia y Tecnología, dicha iniciativa busca centralizar una gestión que hasta hoy está repartida en diferentes departamentos del Ministerio de Educación y Conicyt.
El que este proyecto sea concretado es un anhelo para el mundo científico que busca, por una parte, tener un mayor financiamiento para sus iniciativas, y a su vez, una proyección gubernamental en la que sus líneas de desarrollo sean consideradas como base para la construcción de proyectos públicos.
La forma de divulgar las investigaciones científicas es hoy un desafío constante para quienes investigan. Las revistas especializadas son uno de los instrumentos de los que se han valido los investigadores para dar a conocer lo que se está pensando en nuestro país y ponerlo en el debate nacional e internacional.
Los artículos que aparecen en las revistas científicas, además de ser un insumo fundamental para el desarrollo del conocimiento, generalmente son parte de la base de la construcción de políticas públicas e, incluso, en esta época de elecciones presidenciales se han trasformado en parte de la justificación para la toma de decisiones y posturas políticas sobre temas como el desarrollo social, políticas de aborto, educación pública, estudios de impacto ambiental, políticas de salud pública, desarrollo aeroespacial, entre otras temáticas emergentes en nuestro país.
Con el afán de generar una discusión sobre la influencia de estas publicaciones en el desarrollo del país es que se desarrolló el Foro de Editores Científicos de Chile, el cual contó con la presencia de cerca de 50 investigadores dedicados al desarrollo de este tipo de instrumentos de divulgación de todo Chile.
Francisco Osorio es editor de Cinta de Moebio, revista que tiene veinte años de trayectoria en la publicación de artículos referentes a epistemología de las ciencias sociales. El investigador, que es parte del comité organizador del Foro de Editores, conversó con Diario y Radio Universidad de Chile para analizar la importancia de esta iniciativa.
¿Por qué es importante el desarrollo de revistas científicas en Chile y cuál es su aporte?
El proceso de investigación, ya sea en el arte, las ciencias naturales, social o las humanidades, tiene un componente que es la comunicación hacia la sociedad. Esto se hace en la forma de revistas (así como libros, exposiciones y otras modalidades) y especialmente artículos. En Chile la investigación no solo es posible porque tenemos universidades, concursos de proyectos, doctores, etc., sino porque también podemos difundir el conocimiento a través de revistas editadas en el país. Su aporte es, entonces, la posibilidad de contribuir a la sociedad mediante la difusión de la comunicación científica (lo que incluye investigación en el arte y humanidades).
¿Cuál es la importancia de las revistas científicas para el desarrollo de políticas públicas en Chile?
Las revistas científicas permiten tomar decisiones informadas. No quiere decir que las revistas tengan la verdad final sobre un tema, sino que tienen un conjunto de proposiciones que se fundamentan en otras investigaciones, diferentes conceptos y teorías, metodologías serias, datos y experiencias y, por sobre todo, la opinión de pares evaluadores. Esto último porque los artículos son enviados a pares, quienes sugieren cursos de acción a los editores de las revistas para mejorar el artículo. Por lo tanto, son opiniones serias, muchas veces de años de trabajo, que deben ser consideradas por quienes desarrollan políticas públicas en Chile.
¿Cómo se ha logrado desarrollar la red de editores científicos?
Por el propio interés de los editores. No ha sido una red creada desde el Estado ni por los centros de investigación, sino que por los propios editores de revistas científicas chilenas. Si bien han existido reuniones de editores, no había una organización permanente. Esta es precisamente la idea del Foro de Editores, que ha desarrollado dos reuniones (2016 y 2017) y que ya está trabajando en la reunión 2018. Su origen tiene que ver con la discusión sobre la ciencia en Chile en estos últimos años. Se habla de fondos de investigación, de contratos para los investigadores y asistentes, de la importancia de las humanidades, de una nueva institucionalidad, entres muchos temas. En todo lo anterior, la voz de los editores de la comunicación científica no estaba presente, pese a que los artículos son uno de los criterios fundamentales por los cuales se mide la ciencia.
¿Qué temas trataron en el Foro y a qué acuerdos llegaron para continuar con el desarrollo de la red?
Los temas fueron cómo desarrollar políticas para institucionalizar el acceso abierto del conocimiento y cuál es la situación de la comunicación científica en relación a la propuesta de un nuevo ministerio de ciencia, tecnología e innovación.
¿Qué incidencia tiene esta red en el país?
Los investigadores ganan concursos de investigación e incluso las universidades tienen como uno de sus indicadores la cantidad de artículos publicados en revistas indexadas. Los editores de revistas científicas, por lo tanto, jugamos un rol clave en el proceso de creación de conocimiento, pues la investigación tiene como un aspecto vital el ser comunicada. Las revistas han sido el vehículo de difusión clásico de la ciencia y, por ello, los editores han sido los curadores de su calidad.
¿El Estado invierte en el desarrollo de este tipo de redes y en revistas científicas?
Existe dentro del Estado el Fondo de Publicación de Revistas Científicas, administrado por el Programa de Información Científica de Conicyt, su objetivo es “apoyar la ejecución de proyectos orientados a perfeccionar la versión electrónica de revistas científicas nacionales de corriente principal y registradas en los índices WoS, Scopus y/o Scielo, con miras a elevar la calidad general de la publicación y su visibilidad”. Para el concurso 2016 se asignaron alrededor de 160 millones de pesos en los 7 proyectos ganadores.
¿Cómo pueden acceder las personas a estas revistas y cuál es el nivel de utilización de estas?
Las revistas siguen el protocolo Open Access, es decir, los artículos están a libre disposición de las personas interesadas. Solo tienen que entrar al sitio web de cada publicación, gratis. El listado de revistas asociadas al Foro está en www.editorescientificos.cl
Su utilización es intensa dentro de la comunidad científica y baja dentro del público general. Por ello, un área deficitaria de la ciencia en Chile es la vinculación con el medio, esto es, llegar hacia la sociedad con un lenguaje apropiado, que traduzca todos los tecnicismos con el propósito de dar a conocer el conocimiento fundamental, de manera simple y directa.
¿Cómo se debe democratizar el conocimiento que se genera en las universidades?
Estamos tratando que las universidades (principalmente, pues también existen sociedades científicas que no son parte de universidades, así como centros privados de investigación) suscriban al protocolo open access. Esto significa que debe ser obligatorio para ellas que las investigaciones financiadas con fondos públicos estén disponibles en revistas como las que forman el Foro de Editores de Chile. Esto es fácil de decir, pero difícil de implementar. La idea, de todos modos, es muy simple: el conocimiento debe estar disponible a través de revistas que la propia comunidad académica supervisa.