Señor director :

En la segunda quincena de Agosto la prensa internacional informaba que Colombia estaba participando junto a EE UU , Japòn,Corea del sur y otros (Nueva Zelandia, etc) en las maniobras militares que se desarrollaban en una regiòn de Asia donde las tensiones se habìan agravado con ocasión, entre otras cosas, de los ensayos nucleares de Corea del Norte.

Aproximadamente en la misma época Brasil, que ha dado la espalda a nuestro subcontinente, se reunìa en China en uno de los encuentros de los BRICS que , como se sabe, aspiran a constituirse en las nuevas potencias comerciales y econòmicas . El argentino Macri que no puede aspirar a tanto, prefiere  ofrecer su paìs al mejor postor o inversionista extranjero deshaciendo de paso todo lo que los gobiernos de los Kitchner habìan logrado en soberanìa nacional y  justicia social.

Por su parte México està completamente absorbido por el caos interior y por su tête-à-tête con los EEUU tanto por lo que respecta al Mercado Comùn Norteamericano como por la cuestión de los migrantes, unos problemas en que los mexicanos van a dejar sin duda màs de un pelo.

Màs al sur, y màs cerca de nosotros, el Perù hace lo posible por alcanzar el estatuto de regalòn de los yanquis – de ahì su agresividad reciente frente a Venezuela- asi que  por “ integrarse” al mercado mundial siguiendo el camino chileno, es decir un neoliberalismo condimentado con abandono de soberanìa y usurpación de derechos sociales.

Aislados en América del Sur, las experiencias soberanistas y progresistas de Ecuador y Bolivia siguen su camino, pero todo el mundo evita de hablar mucho de estos ejemplos que podrìan dar ideas a nuestros pueblos, sumergidos en la neblina de unas economìas del despojo tanto material como intelectual. “Evitar hablar”  no significa sin embargo que los cìrculos de la reacción y del imperio hayan aceptado de una vez por todas respetar la voluntad de estas dos naciones.

Sin embargo,y a pesar de todo, lo màs granado de América latina logrò ponerse de acuerdo en la reuniòn de Lima en Agosto para hostigar aùn màs al Presidente Maduro con una declaraciòn sobre la ruptura constitucional en Venezuela . Una declaraciòn que fue votada por los de siempre, es decir los que habìan esperado medio siglo para soportar la independencia de Cuba y que hoy empujan  al derrocamiento de un régimen que defiende su soberanìa privado de todo apoyo internacional y objeto de los ataques de los grandes medios y de Trump y sus coaligados europeos.

En resumen, dos siglos han pasado después del alerta lanzado por Bolívar sobre las consecuencias de la divisiòn de nuestros Estados y éstos no hacen màs que separarse.

Persiguiendo un proyecto que serìa grotesco sino fuera tràgico, los paìses como el nuestro y otros de una talla apenas superior pretenden en nuestro subcontinente rascarse con sus propias uñas para alcanzar el soñado desarrollo. Y esto frente al inevitable coloso del norte , a una uniòn europea de 500 millones de habitantes, y a unos gigantes asiàticos que “pesan”màs de mil millones.

El precio que estamos pagando por esta ambición insensata lo pagaràn también nuestras futuras generaciones cuando hereden unos  yacimientos exangües y unos territitorios convertidos en vertederos o en  paisajes desertificados por las actividades depredadoras que enriquecen a nuestras oligarquías y a sus socios foráneos.

Un escenario inevitable si no reanudamos con los ideales de Bolívar y de los revolucionarios de 1810.