La economía chilena mantiene un sistema de endeudamiento constante en la población. Esto queda evidenciado en el indicador entregado por el Fondo Monetario Internacional, donde se especificó que la deuda de los hogares en el país alcanza un 42 por ciento del Producto Interno Bruto.
El mismo análisis explica que Chile mantiene a los consumidores con la mayor deuda de América Latina. En la región lo siguen Panamá con un 38 por ciento, Costa Rica con un 35 por ciento y Brasil con un 27 por ciento. Por el contrario, los con menos deuda son Paraguay con un 10 por ciento y Argentina con un 4 por ciento.
El aumento en la bancarización en nuestro país es una de las causas de un mayor endeudamiento. El acceso a tarjetas de crédito, préstamos y créditos hipotecarios es cada vez más sencillo y quienes los solicitan no siempre cuentan con los ingresos necesarios para solventarlos, ya que a estas moras se suman los gastos del hogar que en los quintiles más bajos, solo en arriendo de propiedad, superan el 50 por ciento de estos.
Víctor Salas, economista de la Universidad de Santiago, plantea que el endeudamiento de un 42 por ciento podría traer consecuencias en la rebaja de la cantidad de créditos que entregará la banca en los próximos periodos. Por lo mismo, el especialista advierte que el estar en el límite de la crisis que podría desencadenarse con más de un 45 por ciento de deuda, genera una contracción en la banca.
El desempleo en nuestro país se ha mantenido en un 7 por ciento, sin embargo, se ha generado una precarización en los empleos. Las remuneraciones en promedio no superan los 400 mil pesos, lo que mantiene a buena parte de los chilenos en una bicicleta financiera, en la que los gastos son mayores a los ingresos y por lo mismo deben mantener su deuda constante con la banca o casas comerciales.
Según plantea Alejandro Alarcón, economista de la Universidad de Chile, “lo que hemos tenido en nuestro país en los últimos años es una precarización del trabajo y un aumento del riesgo en los hogares más frágiles que viven solo de su remuneración. En estos sectores existe un alto endeudamiento, porque las personas al quedar sin trabajo, deben seguir viviendo y esto genera mantener deudas permanentemente. Esto en el mediano plazo provoca menos acceso al financiamiento por parte de los bancos o casas comerciales”.
El aumento del endeudamiento “se explica por los problemas que ha tenido la economía y la desaceleración, lo cual ha afectado a los sectores más pobres y ha producido una complejización, porque mucha gente de bajos ingresos deja de recibir prestamos de las entidades financieras, porque el riesgo está aumentando cuando la gente pierde su principal fuente de ingreso. Ahí se pueden advertir ciertps matices, puesto que si bien el desempleo en Chile no ha aumentado y está en un 7 por ciento, sabemos que éste es razonable respecto a la desaceleración de la economía y es sostenida con el trabajo por cuenta propia que sabemos que tiene ingresos muchos más bajos y más riesgosos. Por lo tanto, lo que vemos es un aumento en la deuda de gente pobre que es asociada a promedios de ingresos muy bajos. Lo que queda aquí es esperar a que crezca la economía y que esto también suceda con los salarios, lo que no ha pasado en los últimos años”, explica el especialista de la Universidad de Chile.
Negocio inmobiliario en el endeudamiento
Uno de los mayores endeudamientos a los que acceden los chilenos es la compra de una vivienda, esto porque se hace imposible adquirir estos bienes raíces de otra manera por lo encarecido de sus valores. La especulación de los suelos y el negocio inmobiliario no es una sorpresa, sin embargo, el que los créditos sean parte de este círculo económico genera una interdependencia entre los valores de las viviendas y la capacidad que tienen los chilenos para administrar sus dineros.
“En la medida en que los sectores medios acceden a una comuna generan que el valor del suelo suba. Hay una correlación que ahí se da, ya que varias comunas, como por ejemplo San Miguel, aumentan su plusvalía, de esta manera, lo que produce es que quienes compraron vean como su bien raíz aumenta en valor, pero también generan que quienes pertenecen a estos mismos sectores no puedan acceder a estos suelos por la especulación de precios que ahí se genera”.
Según se ha explicado en varios informes sobre el negocio inmobiliario, esto es parte del fenómeno de gentrificación, donde sectores sociales son desplazados por otros que usan los suelos que han sido comprados a bajo costo y que luego son vendidos a un alto valor, generando la imposibilidad de que los desplazados puedan adquirir inmuebles o terrenos con las mismas características de conectividad, servicios, centralidad, etc.
El endeudamiento en Latinoamérica ha sufrido un aumento constante, ya que en 2013 este indicador llegaba al 15%, mientras que en 2016 éste aumentó exponencialmente quedando en un 20%. Esto atenta en la proyección que se ha planteado nuestro país de un crecimiento económico sostenible.