- ¿De qué huís?
- Del hambre, la tiranía y el horror.
- ¡Ah, ¿pero solo eso?!
Es como reza una de las premiadas viñetas de Andrés Rábago, El Roto, el dibujante del diario El País que cada semana inquieta a sus lectores. Sus punzantes y ácidos dibujos dejan un sabor amargo, porque logran clavar su pincel en el anestesiado corazón de lectores cansados de malas noticias. Como esta referida a los inmigrantes y que retrata la indolencia de ciertos sectores de la sociedad global que no logran entender porqué esta gente no se queda en sus países de origen y, en cambio, deciden dejarlo todo e, incluso, arriesgar sus vidas en la búsqueda de un trabajo digno y un hogar seguro.
Chile es el país de Latinoamérica que más inmigrantes recibe cada año y por eso fue uno de los temas que especialmente tensionó el último debate presidencial frente al balotaje de este domingo 17 de diciembre. Ambos candidatos, el expresidente y candidato de la derecha Sebastián Piñera y el actual senador y candidato de centroizquierda Alejandro Guillier, tienen en este tema, como prácticamente en todos los demás, visiones divergentes. Mientras el primero desea mayores regulaciones, el segundo, apela a la empatía, lo que no significa tampoco una política de puertas abiertas. Sin propuestas claras respecto de uno de los temas más sensibles para un país tradicionalmente aislado como Chile, los candidatos no logran sintonizar con las preocupaciones de un electorado que hoy se ve enfrentado a votar por el mal menor. Como que de medioambiente y cultura no se les oyó decir palabra, apenas de ciencia… parecieran ambos ser habitantes de un mundo paralelo ajeno a las sensibilidades de las nuevas generaciones.
Sebastián Piñera obtuvo el 36,6 por ciento de los votos en la primera cita electoral. Una cifra que congeló el triunfalismo que se respiraba en sus filas hasta hace apenas unos meses, cuando se hablaba de una fácil victoria en primera vuelta. El 22,7 por ciento de los votos que obtuvo Guillier en la cita del 19 de noviembre pasado fue, sin embargo, una tibia respuesta de un electorado que le asignó casi la misma votación, un 20,7 por ciento al opositor Frente Amplio, una coalición de izquierda de escasos meses de vida, que vino a remecer el consabido panorama político chileno de los tres tercios, donde la izquierda, el centro y la derecha se quedaban cada uno con su equitativo trozo de la torta electoral. La frustración del nuevo referente quedó instalada cuando la votación fue muy superior a la que le daban las encuestas, donde mezquinamente le asignaban entre un 8% y un 12% … Pero no solo el joven Frente Amplio vino a dar la sorpresa, también el representante de la derecha pinochetista, Juan Antonio Kast, quien rechaza la inmigración ilegal de plano, no ha dejado de hacer gárgaras con su 8 por ciento, con el que ha decidido bendecir a Piñera y darle con esto la esperanza de volver al poder… todo, dice, con tal de que no siga gobernando la izquierda. La misma actitud, pero esta vez en el lado opuesto, tiene a las redes sociales ardiendo con un #TodosContraPiñera… y así es como Guillier, un candidato que discretamente entusiasma a su electorado, lo tiene con un apoyo inusitado entre el que se cuentan las figuras del Frente Amplio que se han plegado a su causa a título personal, incluyendo al expresidente uruguayo Pepe Mujica, que ha venido con su tradicional humildad a ungirlo.
Una de las grandes perdedoras de estas elecciones fueron las encuestas, las que dilapidaron su credibilidad… al punto que ninguna es capaz de dar como ganador a uno u otro y hablan de un empate técnico, es decir, será una elección en la que se luchará voto a voto. Pero el problema central, sigue siendo la altísima abstención de un electorado que no está obligado a sufragar, cuando hace un mes el 55 por ciento del padrón no acudió a las urnas. Este fenómeno podría leerse como el de un pueblo consciente que quiere castigar al sistema deslegitimándolo, aunque lo cierto, más pareciera ser un pueblo cansado de lo mismo de siempre, y que prefiere estar en contra de lo que sea.