Siempre es así. Un día después, todos los ganadores son generales y los perdedores buscan la manera de echar la culpa o responsabilidades en los hombros de otros. Siempre ha sido así. Pero ir directo al meollo, al cuesco es una tarea difícil, que intentaré asumir.
En primer lugar empezaré por afirmar que Sebastián Piñera no ha ganado la elección, la elección la ganó el gran capital, el modelo, el sistema. Piñera es sólo el representante enviado para que garantice la expoliación de los pobres (tanto de riquezas como de espíritu). El momiaje conservador, golpista, facistoide, explotador y vende Patria junto con los “ni chicha ni limoná” y fuertemente apoyados con aquellos que se quedan en sus casas para permitir que siempre gane la derecha convirtiéndose de esa manera en quinta columnistas. La derecha va en masa a votar (así recuperaron Providencia) y los progresistas y los revolucionarios se quedaron en sus casas (así perdimos Providencia). Y no sólo los progresistas y los revolucionarios, sino que también los desencantados, los traicionados por la “transición a la Democracia”, los que no pueden entender (yo tampoco) que aún tenemos la Constitución enchulada de Guzmán, los que miran con rabia a un PS y no sólo al PS sino a todos los que fueron Unidad Popular, convertidos en el choapino en que pisan los oligarcas. Se puede seguir escribiendo muchas páginas más pero dicho lo anterior pasemos a lo que vinimos.
Tenemos cuatro años. En esos cuatro años la derecha ocupará el Estado para consolidar el sistema y tratar de convertirlo en irreversible por la Razón (las leyes) o la Fuerza. Veremos cómo se portan los parlamentarios del FA, aunque más me gustaría que fueran parlamentarios del pueblo, de los sin voz, de los cesantes, de los estudiantes endeudados, de los marginados, de los engañados. Son cuatro años- no el fin del mundo ni de la historia- en que debemos sellar la unidad de una izquierda con un proyecto país común, con un programa que defina los cortos, medianos y largos plazos y con una actividad política que saliendo de los salones de las tertulias académicas sepamos llevar no sólo el mensaje, sino que una ética y moral distinta a todos los rincones del país. Cada miembro del FA debe ser un activista, para atraer a nuestra cruzada a quien NO está aún. Tenemos cuatro años para demostrar que queremos abrir las Grandes Alamedas y que es posible hacerlo, pero entre todos, con todos. Y si en esos cuatro años no logramos llegar a la Moneda, tenemos la generación de recambio y que debe asumir el rol histórico que el devenir les asigna, en esa generación tenemos valores de gran vuelo y de ahí saldrá quien encarne el proyecto e interprete el momento histórico y social.
Allende logró la unidad electoral (Programa) y ganamos las elecciones, pero la Unidad Popular careció de la unidad para gobernar y podemos decir que el ascenso del fascismo al poder, viene a lomo de la izquierda dividida. Mussolini (el Duce de Venezia) Falangista, Dolfus (Austria) Falangista, Franco(España) Falangista, Hitler (Alemania) Nacional Socialista (Nazi), Pinochet Neo-Falangista.
Si no somos capaces de crear la unidad de la izquierda con un proyecto común, con un programa claro y de cara al pueblo, estaremos no sólo no abriendo Las Grandes Alamedas, sino que las compuertas a una nueva dictadura cívica-militar.
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