Este miércoles, Grínor Rojo crítico literario, ensayista y académico de la Universidad de Chile, en conversación con nuestro medio, señaló que la obra parriana “funda una poética de la objetividad”.
Según explicó, Poemas y antipoemas (1954) quiebra con la forma de pensar la poesía. “Lo que hace este libro es una ruptura en la historia de la poesía en lengua española. Es decir, hay un antes y un después respecto de este texto”, comentó.
“También inicia una nueva perspectiva y esa nueva perspectiva tiene que ver con el quiebre con una tradición nerudiana, pero en términos más extensos, tiene que ver con el romper con la tradición de la poesía romántica española. Parra provoca ese quiebre en la poesía chilena”, agregó el investigador.
El académico también explicó que cuando Parra llegó a Santiago en 1933 la creación poética estaba dominada por Neruda. Por ello, indicó, que el entonces estudiante de física debió abrirse un camino propio. “Necesariamente tuvo que inventar una salida distinta y lo que ocurre es que en 1943, parte a EE.UU. para hacer un magíster. Entonces, Parra comenzó a moverse hacia la poesía en la lengua inglesa. Esto implica una transformación radical, porque esa poesía en lengua inglesa es una poesía directa y es justamente la contraria a la tradición de la cuál se había alimentado Neruda”, afirmó.
Además, señaló que la huella de Parra está presente en distintos autores contemporáneos. Entre ellos, Enrique Lihn, Óscar Hahn y Manuel Silva Acevedo.