Vocero comunidad haitiana: "Nadie quiere ser el negro de la fiesta"

"Un negro que tiene plata pasa a ser un blanquito, mientras que un chileno blanco que vive en una población es un negro, un inmigrante también en su propio país", dijo Carl Abilhomme poniendo en el centro del problema al modelo neoliberal: "El chileno no es racista, sino que tiene miedo de la pobreza. El neoliberalismo es el centro de todo esto. Plata, plata y plata".

"Un negro que tiene plata pasa a ser un blanquito, mientras que un chileno blanco que vive en una población es un negro, un inmigrante también en su propio país", dijo Carl Abilhomme poniendo en el centro del problema al modelo neoliberal: "El chileno no es racista, sino que tiene miedo de la pobreza. El neoliberalismo es el centro de todo esto. Plata, plata y plata".

Carl Abilhomme, portavoz de la comunidad haitiana en Chile se refiere a los últimos sucesos vividos por sus compatriotas en nuestro país. Entre ellos, a las situaciones de deportación masivas vividas en el aeropuerto internacional de Santiago, así como al video grabado en el terminal aéreo que daba cuenta del masivo ingreso de ciudadanos de ese país a Chile.

En conversación con el programa Semáforo explicó el problema de la dirección de alojamiento, uno de los argumentos utilizados por la PDI para prohibir el ingreso de setenta pasajeros provenientes de Puerto Príncipe.

“Hay una psicosis. Nos gustaría explicarle a la gente, pedirles que no caigan en lo que dice la masa. Ustedes no están siendo invadidos por nosotros. Tengo miedo de una negrofobia que está creciendo. El caso de Haití es un muy simple: la gente habla de la cinta amarrilla, de Law… pero hay que recordar que no somos hispano hablantes. Esas setenta personas que iban al mismo hotel ¡adivinen qué! por seguir los requisitos de ingreso, lamentablemente se le pide a una persona que si habla el idioma, entonces, usa la misma dirección para el grupo completo que le está pidiendo que haga una reserva. No es por fraude, es porque la persona que lo hace, tiene a cien personas pidiendo la reserva y, para ahorrar tiempo, los reserva a todos en el mismo lugar”.

Para Abilhomme la barrera idiomática es el centro de los problemas que se generan con el flujo migratorio: “Los haitianos, que no hablan castellano, no tienen cómo pedir explicaciones de por qué los están poniendo a todos en el mismo hotel; tampoco saben explicarle a la PDI qué es lo que ocurrió”.

Sin embargo, esta no sería la única dificultad. “El haitiano aquí tiene cuatro desventajas”, dijo el portavoz de la comunidad: el color de piel, el idioma, la humildad -“los haitianos somos un poco agachaditos, aguantamos que nos traten mal”.

En esa aseveración aseguró que las diferencias entre ambos pueblos son tan evidentes que se hacen difíciles de conciliar: “Para un chileno es más importante la facha que un plato de comida. Nosotros tenemos que entender eso”, dijo reconociendo que hay mayores similitudes entre la gente del campo chileno y los haitianos, situación que explicaría el por qué muchos de sus compatriotas miran otras ciudades como mejores oportunidades para establecerse en el país: “Ellos son más humildes, más tranquilos, más parecidos a nosotros”.

“Negrofobia” de la sociedad local

Carl Abilhomme explicó que, a nivel político, no se puede ignorar que se vive en un mundo patriarcal y blanco. “Si eres negro, (el imaginario dice que) tienes que ser pobre y pasarlo mal. No hay delitos donde estemos los haitianos implicados, lo único que le reprochan al haitiano es ser pobre. Al final la pobreza es como si fuera la negritud. Ser negro se muestra necesariamente como signo de pobreza y eso limita las posibilidades. Desde ahí parte el miedo: la gente en Chile, donde todo se basa en el capitalismo, lo que le teme es a la pobreza. Un negro que tiene plata pasa a ser un blanquito, mientras que un chileno blanco que vive en una población es un negro, un inmigrante también en su propio país”.

Pese a estas dificultades, asegura que -en su mayoría- la comunidad haitiana está feliz de vivir en Chile. “El chileno no es racista, sino que tiene miedo de la pobreza. ¿Quién quiere ser el negro de la fiesta?, no por el color, sino por la falta de atributos económicos. Acá, todo el mundo quiere asegurar el bienestar económico. El neoliberalismo es el centro de todo esto. Plata, plata y plata”. Algo que se superaría de concretarse mejores posibilidades laborales y de inclusión para su comunidad.





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