‘Compañeros Diego Guzmán y Exequiel Borvarán, presentes’ la fuerza de esta consigna se percibe en diversas marchas estudiantiles y en cada instancia que permita recordar a las víctimas del conocido caso Briganti, apellido del responsable de la muerte de los dos jóvenes universitarios que se tomaron las calles Valparaíso en mayo de 2015 para protestar por una educación digna, gratuita y de calidad, lo que los convirtió en la cara visible de la demanda estudiantil.
A casi tres años del suceso que tuvo como único responsable a Giuseppe Briganti -que frente a la Justicia argumentaba que actuó en defensa de su padre- Alicia Farías, madre de Diego Guzmán, en conversación con diario y radio Universidad de Chile confesó que mantiene el recuerdo de un joven tranquilo, amante de la música, pero con una vida reservada. “Era de conversaciones, de tertulias sobre cómo arreglar el mundo con un vinito con durazno y una empanada. Incluso, ese día, quince minutos antes de fallecer, se sentó en la plaza con un compañero y se comieron una empanada, después siguió caminando, vio que había una revuelca, se quedó mirando y fue así como sucedió esta desgracia”, reveló su madre, agregando que Briganti “terminó la vida de Diego y terminó con la mía. No puedo y no voy a superarlo nunca, es una tristeza muy grande la que tengo, mi hijo era todo, mi partner, él me aconsejaba, me decía lo que tenía que hacer”.
Desde el 14 de mayo de 2015, Alicia asistió a todas las instancias judiciales e investigativas para conocer la verdad tras la tragedia. Quienes lideran las pericias le revelaron que, en aquella jornada, luego que el proyectil traspasara el cuerpo de Exequiel y llegara a Diego, había una intención de disparar nuevamente, pero la bala se atascó en el arma evitando una tragedia mayor por la gran cantidad de jóvenes que había en el frontis de la casa.
La pena y nostalgia marcan la familia de Diego. Su abuela que era inseparable al joven, por quien se levantaba a las seis de la mañana y acompañaba a todos los trámites, falleció hace cinco meses por no superar la partida del estudiante. “Ella eran sus ojos, él la adoraba”, confiesa su madre.
Al igual que su núcleo, distintas personas, muchas desconocidas, han acompañado a la familia desde que ocurrió la tragedia. Desde ese minuto las velatones se realizaron en todo el país, días después en Quillota, el funeral de Diego fue masivo. ‘Gracias’ era la palabra que más se repetía y los motivos de agradecimiento eran muy distintos, entre ellos, una señora se emocionó al recordar que, por la ayuda del joven, ahora tiene una casa. El adiós de Diego se tiñó de rojo con las banderas de las Juventudes Comunistas donde se desempeñaba como secretario comunal en Quillota, e incluso, su liderazgo natural lo proyectaban como un futuro presidente o senador.
Aunque sus ideas eran claras, a tal punto que ganaba los concursos de debates, su sensibilidad la expresaba en pequeños actos de solidaridad y una carrera artística marcada por la música y la lectura, hoy, el preuniversitario comunitario de la zona lleva su nombre y en él se guardan los libros de su biblioteca personal.
Cara a cara con Briganti
La imagen de Diego Guzmán vuelve al recuerdo luego de que esta semana el Tribunal Oral en lo Penal de Valparaíso resolviera la sentencia de culpabilidad, en fallo unánime, de Giuseppe Briganti como el autor de los disparos que mataron a los jóvenes estudiantes de la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar.
Aunque existen diferencias en los relatos, el responsable justificó su disparo como legítima defensa de su padre, quien según señaló en el juicio, fue atacado por un grupo de estudiantes. Los rasgos de personalidad del imputado, las drogas encontradas en su domicilio durante el allanamiento e incluso su apodo de ‘perro fiel’ llaman la atención lo han hecho tener una reputaci{on cuestionable dentro de la comunidad porteña.
Alicia Farías comentó que, pese a que en los tribunales hubo disculpas por parte del responsable de los disparos, nunca hubo mayor conversación. Aun así, en una ocasión se sentó al lado de ‘Briganti padre’ a quien miró y dijo “¿Usted sabe quién soy yo? Me dijo que si y nada más. Me quedé sentada, mirándolo fijamente de lado, pensando que él es el gran culpable de cómo es su hijo que no tiene cuarto medio. Un hijo de 20 años que no tenga su educación completa es por culpa del padre”, relató la madre de Guzmán.
Tanto la familia de Diego Guzmán como la de Exequiel Borvarán esperan la sentencia definitiva contra Giuseppe Briganti que se dará a conocer el próximo 6 de abril.