Señor director:

Cuando un joven ingresa a Carabineros; y más aún a ser parte de las Fuerzas Especiales, debe de tener muy claro que está ingresando a una fuerza militar, que su papel fundamental no es hacer valer la “ley y el orden” en una sociedad que vive y se desarrolla con justicia social, con equidad; y que si alguna deuda histórica de injusticia del pasado pudo haber ocurrido, esta sociedad, el Estado y sus gobiernos de turno están totalmente conscientes, dispuestos y comprometidos a reparar cualquier daño que pueda existir.

Justamente en Chile no ocurre eso. Todo lo contrario, cada vez más somos un país desigual, la equidad no existe y el desarrollo favorece a un grupo privilegiado de la sociedad que se adueñó de Chile y de todas sus riquezas. Existen deudas morales, éticas y materiales con millones de chilenos y chilenas, que ningún gobierno posdictadura ha querido reparar; aún más, la sangrienta dictadura que existió en Chile jamás fue derrotada en su proyecto político. La derecha y los empresarios chilenos y extranjeros que llevaron adelante el exterminio de chilenos y chilenas han seguido gobernando desde el día uno posdictadura.

Es por esta razón que nadie debe reclamar hoy día que la violencia esté encubierta y latente en distintos sectores sociales, más allá que tal o cual partido quiera sacar beneficio de ella; porque no es verdad que el PC esté propagando la violencia. El señor Kast y muchos otros representan y agitan la violencia con sus palabras y discursos. Tampoco se trata que sólo porque llegó Piñera al gobierno, esta violencia va a aparecer de la noche a la mañana. Justamente es este gobierno, con sus primeros pasos de retroceso a lo poco y nada que se había avanzado, el que nuevamente hace despertar esa violencia que ha estado dormida por largos años.

Entonces, madres y padres que ven en Carabineros un futuro profesional para sus hijos para que no caigan en la droga o la delincuencia: están equivocados, tienen que tener conciencia clara del Chile que estamos viviendo.

Y no quiero profundizar en la corrupción de esta institución, porque con eso, deberían renunciar también muchos jóvenes que tal vez ingresaron a la institución con el sano interés de servir a su comunidad y a su patria.