De otra parte se dice que toda crisis es en general benigna, porque ayuda a resolver situaciones de conflicto, superarla contribuiría al crecimiento…
Llama la atención que la crisis que siempre queda al margen de estudios, de estadísticas y de mención. Es la crisis de la inteligencia humana, subrayo este adjetivo, en atención a que se señala que otras especies son también dotadas de esa facultad, la naturaleza es inteligente…
De paso… preguntarse: ¿cómo habrán sido las primeras crisis de esta humanidad que somos? Momentos críticos en el sentido de ruptura, de quiebre, de alteración de los equilibrios.
La conclusión parece indicar que la inteligencia no se ha aplicado bien. La historia señala que esta humanidad tropieza muchas veces con la misma piedra. Se aprende poco. Los tropiezos tocan al pensamiento, al buen pensar… y a la conciencia.
Se ha construido un mundo contrahecho, con miserias materiales y éticas, los basurales no pueden ser valores patrimoniales de nada ni de nadie, más bien son vergüenzas que indignan, que rebelan.
En muchos planos o aspectos ser inteligente es también ser perverso, cuando lo que anima o motiva es hacer daño deliberado a otros seres, a las cosas y a la vida planetaria.
En general – siempre hay excepciones – en Chile seguimos siendo el país del “alambrito ” para todo, del maestro chasquilla, de las limosnas, de los humillantes bingos de cada semana en las poblaciones para financiar tratamientos médicos, de las colectas o rifas para enterrar a quienes no tuvieron la suerte de salvarse, esos hechos son algunas manifestaciones de la pordiosería crónica que como sociedad vivimos. Mientras, por otra parte, se difunde “urbi et orbi ” por los pregoneros del sistema y su modelo neoliberal que el país está “en el umbral del desarrollo ” y que la sociedad chilena en sus esferas de poder no es o – no era – tan corrupta como otras… Nada dicen dichos voceros cómo nos saquean el agua, los minerales, los bosques y el mar, y todos los patrimonios que alguna vez tuvimos. Algunos hasta llegan a idealizar la miseria.
Hace falta ” masa crítica “. No es posible que todavía, y por largas décadas, el país destine el 0.5 por ciento del PIB a investigación científica. Nuestras escuelas deben enseñar a pensar, no deben ser centros de calidad, sino de excelencia.
Hay urgencia de pensar en serio este país. Hay que ir a la raíz, a los fundamentos para resolver la inmensa deuda social que existe. Basta de anuncios y de enunciados que nadie cumple, y de autoridades que están para dar paliativos que de nada sirven. Basta de políticos de poltronas y de burócratas que parasitan en cargos que no les corresponden. Hace falta coraje intelectual para crear, para transformar.
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