Este jueves, cinco españoles fueron condenados a nueve años de cárcel por ser parte de un abuso sexual colectivo, aunque los hechos levantaron las alertas y enojos de la sociedad, la justicia descartó el delito de violación, causando la conmoción de España y el mundo entero.

Los hechos se remontan a julio de 2016 durante los populares Sanfermines en Pamplona, España. Los acusados grabaron con sus teléfonos la violación a una chica de 16 años a quien conocieron minutos antes y en ese contexto festivo. Con ello, dieron vida al titulado ‘juicio del año’ que acusó la culpabilidad de “La Manada”, nombre del grupo de whatsapp que reunía a los culpables.

Dos años después, en la jornada de hoy, el tribunal de Navarra halló el culpables del “delito continuado de abuso sexual” a los cinco sevillanos, de entre 27 y 29 años. Pero los tres jueces descartaron la violación, en la lectura de la sentencia transmitida en vivo por la televisión, que presupone violencia física o moral e intimidación contra la víctima, algo que los magistrados no observaron.

Además de la condena a prisión, los jueces prohibieron acercarse a menos de 500 metros de la víctima, de 18 años, o contactarla por 15 años. Además, deberán indemnizarla entre los cinco con 50.000 euros.

La molestia de los grupos feministas, que repletaron las calles el 8 de marzo, se da porque la pena es bastante inferior a la solicitada por la Fiscalía, que buscaba un castigo de 22 años y 10 meses de prisión para cada uno e indemnización de 100.000 euros.

Lo insólito del caso, que motivaron campañas de la sociedad bajo el lema ‘Yo si te creo’ se debió luego que la defensa de los acusados pidiera su absolución, apuntando que en el vídeo de “La Manada” la joven consintió al no decir “no” en el registro.

Aún así, la fiscal rechazó los argumentos de la defensa afirmando que la joven nunca había tenido sexo en grupo y que conoció a sus agresores siete minutos antes de la “violación”.

El perfil de La Manada

Cinco jóvenes residentes en Sevilla forman “La Manada”. Uno de ellos, fue miembro de la Guardia Civil, otro militar y varios de sus miembros eran hinchas del Sevilla FC.

Los hombres fueron detenidos al día siguiente de los hechos y mantenidos desde entonces en prisión preventiva. Una de las piezas centrales del proceso fue el video que ellos mismos grabaron de sus actos.